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Economía

Industria farmacéutica aporta al fisco más de $3,000 millones

Once de las 20 compañías principales biofarmacéuticas del mundo tienen operaciones de manufactura en Puerto Rico

La industria adquiere productos y servicios locales que se valoran en más de $750 millones anuales.
Foto: Archivo / NotiCel

La Asociación de la Industria Farmacéutica de Puerto Rico (PIA) destacó el impacto económico de la industria biofarmacéutica en la Isla con una aportación de más de $3,000 millones en contribuciones al fisco, lo que representa cerca del 37% de los ingresos que recauda el Gobierno de Puerto Rico.

El economista Leslie Adames, director de la División de Análisis y Política Económica de Estudios Técnicos, Inc., indicó que la industria biofarmacéutica aporta el 18% del Producto Interno Bruto (GDP por sus siglas en inglés) y genera más de 87,400 empleos directos e indirectos en la Isla. Esto incluye 18,000 empleos directos en diferentes compañías farmacéuticas que operan localmente y cuyos empleados aportan más de $150 millones en contribuciones anuales.

Se estima que el salario promedio de los empleados de la industria es de $80,000 anuales y se paga una nómina de sobre $1,400 millones anuales. La industria adquiere productos y servicios locales que se valoran en más de $750 millones anuales.

Puerto Rico produce cuatro de los 20 medicamentos principales que se consumen globalmente.

En total 11 de las 20 compañías principales biofarmacéuticas del mundo tienen operaciones de manufactura en Puerto Rico, específicamente en 11 municipios donde generan empleos, actividad económica, pagan patentes e invierten en programas comunitarios y educativos.

La industria biofarmacéutica ha hecho una cuantiosa inversión en infraestructura en la Isla con $10,000 millones en capital acumulado y una inversión anual de $500 millones en mantenimiento de esta infraestructura.

Puerto Rico cumple con los más altos estándares de calidad de clase mundial, con tecnología de avanzada, distribuye medicamentos a más de 100 países alrededor del mundo y es líder en la calidad de los medicamentos que produce.

Empleados

Un 75% de los empleados que labora en esta industria cuenta con un grado universitario y muchos han recibido su educación y entrenamiento en Puerto Rico y laboran para salvaguardar las medicinas que llegan a los hogares de Puerto Rico y del mundo.

Para impulsar el desarrollo del talento local, la industria brinda oportunidades de desarrollo profesional a través de programas de liderazgo y mentoría, becas, auspicio a universidades y organizaciones estudiantiles, experiencias de internado, campamentos de verano y otros.

Por ejemplo, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico ofrece una concentración dentro de Ingeniería Química que se conoce como programa del Centro de Ingeniería Farmacéutica (CPEDaL) con conocimiento práctico en operaciones farmacéuticas. La Universidad Politécnica de Puerto Rico también ofrece programas noveles en Ingeniería Química.

Estudiantes de secundaria pueden participar en un campamento de Ingeniería Farmacéutica, conocido como PESCa, donde se exponen a procesos de laboratorio, formulación de componentes activos y a las etapas de granulado, tamizado, compresión y recubrimiento de medicamentos, liderados por diferentes mentores y estudiantes universitarios de CPEDaL del RUM.

Foto de archivo del área de farmacéuticas en Barceloneta.
Foto: Archivo / NotiCel

Impacto en las comunidades

Los empleados ofrecen miles de horas de trabajo voluntario y apoyan a organizaciones sin fines de lucro como Fondos Unidos de Puerto Rico, que recibe un 10% de su presupuesto de parte de la colaboración de la industria y de sus empleados, listos a prestar la ayuda a organizaciones comunitarias y en situaciones de emergencia ante eventos atmosféricos. (El presupuesto de Fondos Unidos de Puerto Rico se estima en unos $10 millones, aproximadamente)

La industria biofarmacéutica invierte en las comunidades más de $3 millones anuales.

Las compañías farmacéuticas cuentan con programas de conservación de energía, reducción de residuos, reciclaje y protección ambiental, entre otros, así como generación de energía independiente, conscientes de no sobrecargar el sistema eléctrico del país en momentos de crisis, por ejemplo, en apagones.