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Economía

Lejos el fin a la ola inflacionaria que nos ahoga

Según el Centro para una Nueva Economía, la inflación se encuentra actualmente en niveles que no se veían desde finales de la década del setenta y principios de los ochenta.

Las constantes alzas en precios que está experimentando Puerto Rico no parecen tener pronto fin y el bolsillo del consumidor seguirá impactado con esos incrementos en costos de los bienes y servicios que compre, aunque no necesariamente al mismo nivel de aumentos que se han visto hasta ahora.

Con este pronóstico coinciden economistas, portavoces de organizaciones locales y documentos evaluados, que ofrecieron a Noticel su visión sobre el futuro inmediato de este fenómeno económico que tanta ansiedad y pesimismo está generando en el país, al igual que ocurre en Estados Unidos y en buena parte del resto del mundo.

En un escrito reciente el Centro para una Nueva Economía (CNE) señaló que la inflación se encuentra actualmente en niveles que no se veían desde finales de los años 70 y principios de los 80. Precisó la entidad que el aumento de los precios se debe, en parte, a la fuerte demanda de los consumidores en el periodo postpandémico; a las interrupciones de la cadena de suministro; a los retrasos logísticos; a la política de cero tolerancia al covid de China, que ha cerrado una importante capacidad de manufactura en ese país; a la escasez de productos básicos y al aumento de los precios del petróleo y el gas, debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

También la empresa consultora Estudios Técnicos evaluó la situación y concluyó, al igual que el CNE, que hay un número de factores que están provocando esta alza en precios y mencionaron igualmente entre ellos la invasión rusa a Ucrania, la resurgencia del covid-19 en China; las interrupciones en las cadenas de suministros, también por la pandemia; y los altos precios del petróleo y sus derivados.

“Todos estos factores están interconectados y tienen un impacto directo en la inflación, la demanda de los consumidores, la inversión y la producción”, indica el análisis.

Evidencia de que esta situación trasciende Puerto Rico, aunque acá tenemos nuestras propias situaciones, es una expresión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que incida que “la invasión rusa del país vecino probablemente tendrá un impacto dilatado en las materias primas, afectando más a los precios del petróleo y del gas este año, y a los precios de los alimentos hasta bien entrado el año que viene”.

Esta entidad internacional coincide en que la guerra agravó el aumento de los precios de las materias primas, ya disparados, y que el nivel creciente de los precios de los alimentos también tuvo una influencia muy significativa en la mayoría de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, ya que las cosechas se vieron reducidas por fenómenos meteorológicos extremos, mientras que la subida del precio del petróleo y el gas encareció los fertilizantes.

Reconoce también que la demanda se disparó el año pasado, en un entorno de políticas de apoyo por la pandemia, al tiempo que aumentaba el estrangulamiento en el suministro por el cierre de fábricas, las restricciones en los puertos , la congestión del transporte marítimo, la escasez de contenedores y las ausencias de trabajadores.

Todo indica que se extenderá

El catedrático en Economía del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR), José Alameda, indicó por su parte que “todo parece indicar que esta situación de inflación se va a extender más de lo que se esperaba. Esto es acumulativo”.

El economista resaltó en un reciente trabajo que compartió con NotiCel que la situación de inflación puede ser más seria de lo que refleja la estadística oficial en Puerto Rico. Se refirió específicamente al hecho de que en el Indice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) hace un tiempo que no incluye la fluctuación del costo de la electricidad.

“Parece que están cogiendo solamente la tarifa básica, Lo mismo ocurre con la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA)”, dijo, y señaló que el costo por kilovatio/hora (kWh) en Puerto Rico, según datos provistos por el Negociado de Energía, ha aumentado en un 22%.

Explicó Alameda que en el 2019 ese kWh costaba 22.07 centavos y el indicador que se publicó entonces para el costo de electricidad en el IPC fue de 91.2. En marzo de 2022 el costo de ese mismo kilovatio fue de 26.84 centavos, y el indicador del IPC fue de 92.4, y han mantenido el mismo durante los pasados tres años (2020, 2021, 2022).

Llamó la atención además al hecho que en la canasta básica que se utiliza para elaborar el IPC hay productos que están creciendo a doble dígito, otros que están entre cinco y nueve por ciento, algunos de 0 a 5% y hay hasta los de crecimiento negativo.

Surge de ahí que las alzas las están provocando los combustibles para motores y para el hogar, donde el aumento es de 20 a 30% y por el lado de los alimentos las grasas, aceites, aderezos, que están sobre un 23%.

“Y los sueldos no crecen, es como un impuesto regresivo que impacta más a los más vulnerables”, indicó. “Hay alimentos con tasas bajas. Y otros que no aumentan, pero son pocos y no son de consumo diario”, agregó.

Es un fenómeno monetario

El también catedrático en economía, en este caso de la Universidad Interamericana, Antonio Fernós Sagebién, sostuvo por su parte que “lo primero que tenemos que trabajar es separar el fenómeno inflacionario de Estados Unidos del fenómeno inflacionario de Puerto Rico, porque las fuerza que generan fundamentalmente la inflación, aunque sí son las mismas, el desenlace o el efecto cascada que tienen no es el mismo”.

En Estados Unidos, añadió, “tenemos muy claro que hay una inflación alta, está rondando el 8%, pero sabemos que los estresores para llegar a eso son dos: lo que tiene que ver con todo tipo de combustible y la comida.

Señaló que la inflación es y siempre será un fenómeno monetario. “Aquí mucha gente quiere encausar los efectos y las causas de la inflación en la economía real. Es un error metodológico porque no podemos estar buscando soluciones a un fenómeno monetario con alternativas de solución del mercado de la economía real”, dijo.

“No se puede resolver un fenómeno del sector monetario aumentando el empleo o reduciendo el empleo, o quitando arbitrios o con el sistema contributivo. No se resuelve”, recalcó.

Sostuvo Fernós que, “como cuestión de hecho, en el sistema monetario en la medida que la gente tenga exceso de liquidez, que es el poder de compra, la gente aumenta los precios. En la medida que empiece a reducirse la cantidad de transacciones entonces la gente deja de aumentar los precios y se controla la inflación”.

Según este economista cuando se mide inflación, el costo de vida, se sabe que hay muchas variables que están fuera del control de nadie, como son los combustibles y energía en todas sus formas, que siempre es bien volátil, e igual lo es la comida.

Opinó que, no importa el precio de las cosas, la gente siempre va a comprar esos productos. “Lo que pasa es que la gente cambia de marca, pero la gente en Puerto Rico no va a dejar de comer habichuelas, ni pollo, ni arroz, ni leche, ni huevo. Lo importante es la marca que compras, pero se va a seguir vendiendo”.

Recomendó entonces buscar los precios especiales de esos productos, rendir más los productos que tenemos en inventario y trabajar un poco más con los gastos, sobre todo en aquellos considerados frugales.

“No tengo ninguna proyección de cuando esto va a estabilizarse, sin embargo, las expectativas deben ser que esto puede que los próximos tres meses siga, quizás no de la misma manera, pero que se mantenga una inflación en tasas positivas”, expresó.

Ese tiempo, indicó, podría ser lo que tome que la política monetaria de la Reserva Federal entré en vigor completa, porque la planificación es subir las tasas de interés para que el costo del dinero aumente y frenar el exceso de liquidez en los mercados.

“En lo que eso ocurre hay un rezago, pero puede que esto nos lleve hasta agosto o septiembre y definitivamente hay que estar mucho más pendiente de ser más eficiente en el uso del dinero”.

Este economista vio también algo positivo en esta dinámica inflacionaria. Recordó que al subir la tasa de interés, la gente que tiene ahorros, que llevan años al 0.0 van a poder ver algún tipo de crecimiento en sus ahorros, en sus planes de retiro y en sus cuentas IRA.

Impactados los mayores

Para el director en Puerto Rico de la organización que agrupa a personas de mayor edad conocida como AARP, José Acarón, la inflación está impactando a toda la población pero en especial, por varias razones, a los adultos mayores.

La principal es que estos tienen un ingreso fijo los que están retirados, mientras que a los que están vía de retirarse les impacta el plan de cuando se podrán retirar. “Nos cambia nuestro plan de vida. Nos cambia por completo los muñequitos”, dijo al resaltar que “llevamos ya cinco años que nos están cambiando los muñequitos: María, los terremotos, la pandemia, la inflación..”.

Contrastó el hecho de que una persona de 25 años se va a impactar, pero tiene como recuperarse, mientras que una persona de 60 que está ya presto a retirarse en los próximos tres o cuatro años, ya no tiene como recuperarse.

Otro dato que provoca que la inflación impacte más a este grupo que nos resaltó Acarón es que “el 67% de la población mayor apoya a un hijo o nieto, según nuestros estudios aquí, y eso impacta doble porque tienes ahí un cuadro más complejo para la población mayor”

Otro asunto que afecta particularmente a este sector es el alza en los costos de los medicamentos que “muchas veces es hasta tres veces mayor que la inflación de los productos regulares”.

Coincidió en que el aumento de los alimentos y el aumento de la gasolina, viene de una realidad mundial, que ahora se complicó con la guerra, por lo que “se espera que esto dure por lo menos un año más como poco”.

Acarón recomendó a la población que “hay prepararse y hay que planificar lo que vas a comprar y cuánto. No podemos ser impulsivos como tiende a ser la gente, hay que prepararse y si hay cosas que no son indispensables hay que posponerlas hasta que sea posible. En este momento cada día por causa de la inflación, tenemos menos poder adquisitivo”.

Lo triste de esto, expresó, es que venimos de tantos años de estrés emocional e inseguridad, y eso trae también un impacto emocional. Esto, dijo, va a complicar aún más no solo el aspecto económico, sino que también el emocional y la salud mental por la inestabilidad que se crea en la sociedad, “más ahora que viene la temporada de los huracanes”.

Aquí lo más importante, sentenció, “es que uno se planifique, que selecciones las prioridades, y establezca un calendario para cubrir nuestras necesidades”.