La incompetencia en el gobierno sigue causando migración, y evitando el regreso
Corrupción, calidad de los servicios de salud, desigualdad en el ambiente laboral y obstáculos al empresarismo todavía pesan sobre la decisión de los puertorriqueños de quedarse en la isla o migrar.
El clima, la cultura, el sentido de comunidad y las redes de apoyo familiar son los protagonistas en la columna de los “pro” cuando alguien está considerando emigrar o volver a la Isla. En la columna de los “contra”, está prácticamente todo lo demás del diario vivir en Puerto Rico.
Estas son las opiniones que recoge el estudio que la Cámara de Comercio (CCPR) comisionó a la empresa Ipsos y que presentó ayer en el marco de su convención anual 2025. El estudio tiene un enfoque cualitativo, son conversaciones con los participantes más que una elección de contestaciones entre alternativas predeterminadas. Los participantes incluyen representantes de pequeños negocios, empresas grandes, residentes, profesionales de salud, educadores, migrantes y jóvenes universitarios.
“En general, los participantes resaltaron la necesidad de abordar asuntos sistémicos, como la corrupción y las ineficiencias en la ejecución de servicios públicos para crear un ambiente más propenso a la participación económica”, se indica en el estudio, acotando sobre la necesidad de atender problemas de manera más definitva y no solo superficialmente, controversia a controversia.
“El estudio también evidenció un alto nivel de frustración entre jóvenes y profesionales por la falta de oportunidades laborales estables, con testimonios que destacan el deseo de quedarse en la isla, pero también la necesidad de que existan condiciones reales para desarrollarse”, indicó la CCPR en un comunicado.
“En cuanto a servicios esenciales, el estudio reveló que los participantes tienen la percepción que el sistema de salud en Puerto Rico es costoso, fragmentado y con largos tiempos de espera, especialmente para personas mayores y pacientes con planes del gobierno. Sobre la educación, se destacó la falta de recursos, el deterioro en infraestructura escolar y la escasez de maestros como factores críticos. La percepción general en torno a la calidad de vida también estuvo marcada por la preocupación ante el aumento de la criminalidad, el costo de vida y la inseguridad económica”, añadió.
Tanto para negocios como para individuos, la forma actual en que el gobierno de Puerto Rico opera es la fuente de muchas de las cosas que les aniquilan el deseo de invertir en la isla, pensar a largo plazo, quedarse o volver. “Los participantes mencionaron frecuentemente que unas mejoras significativas en la gobernanza, como reducir la corrupción y mejorar los servicios públicos, jugaría un rol crucial en su decisión de volver. Observar cambios positivos desde lejos puede reavivar el interés de regresar”, apuntó el estudio.
Algunas anotaciones adicionales son: los bancos locales no le dan apoyo a los pequeños y medianos comerciantes (PYMES); por un lado las operaciones comerciales se ven encarecidas por costos de mano de obra, utilidades, importación de materiales, internet deficiente y regulación excesiva, pero por el otro las personas sienten que no se les paga lo suficiente por su trabajo y que en otras jurisdicciones pueden encontrar mejores salarios; los adultos mayores están preocupados por el acceso a servicios médicos, mientras que los más jóvenes lo están por la calidad de esos servicios; la falta de servicios adecuados para estudiantes de educación especial es una de las preocupaciones principales en el área de educación; el alto costo de la vida, la vivienda, la comida y los servicios básicos es un reto cuando se contrastan con los salarios bajos que predominan en el sector laboral; y para atender la regulación excesiva y el impredecible proceso de permisos, los negocios grandes gastan en cabilderos lo que podrían estar gastando en innovación, mientras que las PYMES simplemente se quedan rezagadas porque no tienen recursos para gastar en cabilderos.
“No es que no queramos trabajar, es que los trabajos no pagan lo suficiente para vivir”, dijo una participante para atacar la percepción de que el puertorriqueño no quiere trabajar. “Pagamos impuestos altos, pero no vemos los beneficios cuando se trata de servicios o de mejora en la infraestructura”, dijo otro participante.
Resalta que una de las estrategias que los participantes mencionaron como que les da esperanza de que la isla prospere, el enfocarse en desarrollar la energía renovable, acaba de ser dejada atrás por la Administración González Colón, que dio prioridad a todo lo relacionado a combustibles fósiles.
En varias instancias, el estudio enfatiza que el atractivo más fuerte que ofrece la isla para sortear el dilema de quedarse o emigrar es el emocional.
“Si bien vivir en los estados ofrece beneficios económicos y profesionales, usualmente viene con un costo cultural o emocional, que resulta en una negociación continua de la identidad”, subrayó Ipsos a raíz de las entrevistas.
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