El exrepresentante y ahora comunicador reflexiona sobre su evolución ideológica mientras crítica el sistema partidista y asegura que continuará denunciando lo que considere injusto. También habló de cómo surgió la idea del famoso «mono de Leíto».

El exrepresentante Leo Díaz Urbina describió hoy su evolución política y personal y la transición que ha experimentado desde ser un militante activo del Partido Nuevo Progresista (PNP), hasta convertirse en un crítico abierto de la colectividad y del sistema político.

En una entrevista para El Push de la Mañana de NotiCel, Díaz Urbina expresó que, tras años de rigidez ideológica, ahora se siente en una etapa de “libertad” en la que no busca aprobación.

Destacó durante su intervención que el cambio se dio, en parte, por su incursión en los medios de comunicación, donde adoptó un estilo más relajado e incorporó el humor en su análisis político.

Uno de los momentos clave que lo llevó a su transformación, según él, fue el verano de 2019, cuando vio como el PNP se distanció del entonces gobernador Ricardo Roselló Nevares tras la difusión de unas conversaciones grupales privadas de naturaleza impropia hacia uno grupos ciudadanos.

Esto lo llevó a renunciar a raíz de la constante presión del pueblo que se dejó sentir por las calles, particularmente frente a La Fortaleza.

De igual forma, mencionó la decepción que lo arropó con la manera en que se manejan las presidencias legislativas y luchas internas del PNP.

Durante la entrevista, Díaz Urbina habló sin tapujos sobre la relación con su esposa, Zulma Fúster, fiscal especial independiente. En tono relajado, aseguró que el vínculo sigue firme a pesar de las críticas y ataques mediáticos que ha enfrentado.

“Le doy besitos a Zulmita en el cutis y me importa un bledo lo que digan de mí”, dijo.

A lo largo de la conversación, dejó claro que no le afectan los comentarios negativos sobre su matrimonio y que su vida personal es un espacio de estabilidad en medio del caos político.

Otro momento sobresaliente fue cuando Díaz Urbina platicó de su salida de Telemundo, una decisión que, según él, le tomó por sorpresa. Recordó cómo los técnicos del canal, en un gesto de aprecio, le regalaron una caja de cervezas como despedida.

También mencionó que su partida generó un efecto emocional en sus colegas, lo que lo llevó a reflexionar sobre las dinámicas internas del medio.

Sin embargo, su salida de la televisora no estuvo exenta de controversia. Durante su tiempo en Telemundo, Díaz Urbina protagonizó varias discusiones con el exgobernador de Puerto Rico Alejandro García Padilla, con quien compartía espacio en el programa “Primera pregunta”, la última de estas el pasado 7 de marzo en medio de un tema caliente que incluso necesitó de la intervención del moderador y periodista, Rafael Lenín López.

Sus enfrentamientos, marcados por fuertes diferencias ideológicas y debates acalorados, se convirtieron en uno de los atractivos del programa. Sin embargo, se especuló que la tensión entre ambos y algunos comentarios controvertibles de Díaz Urbina pudo haber influido en su salida, lo que rechazó tajantemente. «Alejandro García Padilla va a seguir siendo mi amigo hasta que la muerte nos separe y a Marilú (Guzmán) la quiero mucho». Dijo que ya estaba planificada su salida desde febrero porque se trata de un programa de visiones diferentes y ya él no se siente comprometido a ciegas con el PNP y cuando vea las cosas mal, las tiene que decir.

Díaz Urbina afirmó que su partida de Telemundo no lo ha frenado, sino que le ha ofrecido la oportunidad de reinventarse, dedicándose a nuevos proyectos y explorando diversas plataformas para continuar expresando sus opiniones políticas sin limitaciones.

Pese a sus críticas, Díaz Urbina aseguró que sigue firmemente con la creencia de que la estadidad para Puerto Rico es posible e indicó que votó integró por el Partido Nuevo Progresista en las elecciones. Sin embargo, enfatizó que ya no sigue una lealtad ciega

Finalizó invitando a las personas a buscar su propia libertad y a cuestionar el sistema sin miedo a las opiniones ajenas.