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Gobierno

De enajenada a activista contra la corrupción

Testigo federal contra Anaudi narra su experiencia

Cuando Heidie Rosado Nieves tuvo su primer contacto con el servicio público jamás imaginó que terminaría siendo testigo de un caso federal por actos de corrupción y que su transformación a raíz de esa experiencia la marcara al punto de organizar un esfuerzo ciudadano para promover que otros servidores denuncien irregularidades en el Gobierno.

Rosado Nieves es la fundadora del Centro para una Nueva Gobernanza (CPUNG) que lanzó la iniciativa Vigilantes Anticorrupción, una herramienta digital para que informantes o ‘whistleblowers' puedan denunciar bajo estricta confidencialidad y libre de posibles represalias y posibles actos de corrupción gubernamental.

Ante la complejidad de los entramados en las agencias, corporaciones y el Capitolio, donde llueven contratos altamente cuestionables para beneficiar amigos y allegados de los políticos, Vigilantes Anticorrupción pretende empoderar a los empleados públicos para que sientan libertad de destapar irregularidades de las que son testigos y por temor a ser etiquetados, no se atreven a denunciarlas. Partiendo de su experiencia, todos conocen de las irregularidades en el uso de fondos públicos y las decisiones estrictamente basadas en la política partidista, pero el temor a 'meterse en problemas' evita que sean señalados. Lo sabe porque a ella le pasó.

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La fémina, hija de una ama de casa y un trabajador de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), jamás pensó que haber guardado el tracto de su trabajo para evitar que se perdiera por las continuas fallas del sistema electrónico de la Administración del Desarrollo Laboral (ADL) se convertiría en pieza clave para que las autoridades federales lograran la convicción de la entonces directora de esa dependencia Sally López y del otrora recaudador del Partido Popular Democrático (PPD), Anaudi Hernández.

Con la información que proveyó al Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) permitió atar las facturas y pagos al entonces 'intocable' contratista y el trato preferencial que se le daba en el trámite para cobrar por sus servicios.

La testigo 27 de cargo de la Fiscalía Federal admite -luego de tres años cuando el 13 de septiembre de 2016 se sentó en el banquillo- que aunque se encuentra desilusionada del servicio público, más le hiere la indiferencia o la 'normalización' de esas prácticas de traqueteos y chanchullos en el Gobierno.

'Te van a etiquetar… hacerte la vida de cuadritos', asegura molesta e indignada ante una capa intermedia de funcionarios de confianza que obstaculiza se investiguen las malas prácticas en el Gobierno procurando la marginación de aquellos que se atrevan a hablar.

Rosado Nieves apenas estuvo seis meses como directora para la Unidad Estatal para Trabajadores Desplazados y Patrono de la ADL; tiempo suficiente para entender que el denominador común en los casos de corrupción son la política partidista y el inversionismo político.

Su luna de miel como servidora pública duró apenas dos semanas, porque comenzó a ver las decisiones torcidas, las órdenes que rayaban en lo ilegal que le despertó la noción de las motivaciones reales de su entonces jefa. Su imagen, entonces, simplemente cambió.

La autora del libro 'Metamorfosis Laboral' era conocida por su trayectoria de más de veinte años dentro de la industria de recursos humanos, empleos y temas relacionados a desplazamientos. Así es que llega al servicio público, por méritos y no por consideraciones políticas, convirtiéndose en la mano derecha de Sally López. El no estar atada a decisiones políticas, le valió la confianza de todos los trabajadores de carrera, los cuales le confiaron cuál era el ‘modus operandi' de los tentáculos de la corrupción.

'Te vas quitando un velo de lo que realmente es el Gobierno', recuerda Rosado Nieves de su primera impresión sobre la figura del convicto recaudador a quien intentó darle instrucciones apenas inició labores, solo para recibir la advertencia de compañeros de que Anaudi era intocable.

'Él es un proveedor de servicios. Yo vengo de la industria privada así que mi proveedor de servicios me brinda a mí un servicio... la directora de comunicaciones me dice ‘tú no le das instrucciones a él' (a Anaudi) y para mí por qué no si es mi proveedor de servicios?', narró. Que le contestó?, preguntamos. 'Qué yo no lo podía tocar, que no me correspondía darle instrucciones', recuerda Rosado Nieves. Luego preguntó nuevamente ' Y por qué no? Y la contestación fue que él es un intocable'.

Esta respuesta hizo que entendiera la dinámica que se da en el Gobierno. Todos saben pero nadie hace nada. Todos sabían quién era Anaudi Hernández, la cantidad de contratos, el poder que ejercía sobre la entonces administradora de ADL por su estrecha amistad.

'Cómo los empleados tenían toda esta información y es normalizado dentro del Gobierno? Esa es la parte que a mí me chocó. Cómo es posible que tú sepas esta información y lo digas en una conversación tan abiertamente como si fuera normal?', cuestiona sorprendida ante lo que se ha convertido en una cultura de tolerancia a la corrupción.

Aún se emociona al recordar el apoyo recibido por los empleados de carrera ante las presiones políticas de las que fue testigo entre noviembre de 2013 y abril de 2014, cuando hastiada, optó por renunciar.

'Anaudi siempre estaba en las reuniones, pero no aparece en los papeles', cuestionando el rol protagónico que tenía el otrora recaudador político que en ocasiones la administradora relegaba responsabilidades importantes dentro de la ADL para reunirse con él. Era también el que llevaba las propuestas para fondos federales con las compañías que obtendrían los contratos. Poco a poco fue observando que Anaudi era el denominador común en la toma de decisiones en la Agencia, incluyendo a qué compañías se le otorgaban los contratos. Más no solo las facturas levantaron una bandera, también las decisiones político-partidistas, las represalias e instrucciones que no siguió porque entendía que no eran correctas.

Pero ella también tuvo miedo. Aunque consideró hacer público lo que estaba viviendo, no denunció lo que vio hasta iniciado el proceso federal contra López y Hernández que indignada escuchaba las versiones de los ya acusados que no cuadraban con lo que realmente había ocurrido.

Una conversación entre amigas sobre el caso mientras jugaba tenis provocó que una de ellas, esposa de un agente federal, abriera las puertas para que se concertara la cita en el edificio de la calle Chardón. El resto es historia.

'Miedo, el mismo miedo que le da a los empleados públicos sobre todo cuando tú veías que Sally tenía una línea directa con la oficina de Alejandro García Padilla… Realmente yo lo veía como escalar el Himalaya en chancletas mete dedo. Así de imposible yo lo veía en aquel momento', en referencia al pavor que sintió ante posibles represalias de parte de su entonces jefa. De ahí su decisión de 'enganchar los guantes' y salir del servicio público.

Esta experiencia y su participación como testigo federal la marcó al punto que hoy asegura sigue reponiéndose. De ser una enajenada de la política sintió el llamado de insertarse en la vida pública y aportar un granito de arena para adecentar el Gobierno, incluso pensó en la posibilidad de aspirar a un cargo público.

Como si fuera un anticipo de lo que el país vivió con las protestas del Verano del 19, la testigo 27 decidió celebrar su cumpleaños en julio de 2018 con lo que llamó 'un ejercicio de visión de vida'. Se preguntó cuál era el legado que quería para su país.

Así fue como protestó sola en silencio ataviada como una estatua y con una pancarta en manos que leía 'Hoy, el Gobierno de Puerto Rico es justo, equitativo, solidario y libre de corrupción'. Un año después y en medio de las protestas del Verano del 19, Rosado Nieves despertó. No solo regresó al Viejo San Juan con su ‘performance' sino que asistió a la Asamblea de Pueblo de San Juan realizada en la Plaza Roosevelt donde nació el proyecto de Vigilantes Anticorrupción para quitarle al Gobierno la hegemonía de invisibilizar intencionalmente las malas prácticas en el servicio público.

Tan reciente como en mayo pasado, la Comisión de derechos Civiles (CDC) presentó los resultados de un análisis sobre el efecto del Informe de Derechos Humanos y Corrupción, una extensa investigación publicada en julio de 2015 sobre el problema de la corrupción en Puerto Rico que contenía sobre 200 recomendaciones para prevenir, investigar e identificar casos de corrupción. El informe de la CDC planteaba la necesidad urgente de tomar medidas preventivas, que los jefes de agencia y corporaciones públicas sean personas con la capacidad y el conocimiento necesario para manejar la entidad y no nombrados por su afiliación al partido político en el poder, así como la importancia de respetar el principio del merito en el servicio público.

Cuatro años después de su publicación, el análisis de la CDC es que el Gobierno no había acogido ni una sola de las recomendaciones del Informe realizado por los abogados Víctor Rivera, Víctor García San Inocencio y el fenecido David Noriega.

'Pareciese que existe en demasiados sectores un clima de indiferencia, desengaño, pasividad y hasta aceptación de la cotidianidad del fenómeno de la corrupción…Existe una creciente y arraigada práctica de inversionismo político como lo muestra el tipo y número de casos que ha aflorado en las pasadas dos décadas', lee algunas de las observaciones finales del análisis de la CDC. Si muy poco o nada se ha hecho, se puede esperar que sea el Gobierno el que erradique el germen de la corrupción?

Heidie Rosado Nieves, exadministradora auxiliar de la Administración de Desarrollo Laboral. (NahiraMontcourt/ NotiCel)

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