Golpe a la autoestima japonesa
Como si los japoneses no tuvieran suficiente con el desastre provocado por el reciente terremoto y posterior sunami, ahora los autoproclamados padres de la robótica acaban de sufrir un duro golpe a su autoestima. Los primeros robots que han entrado a medir la radioactividad en las centrales nucleares dañadas no son nipones, sino estadounidenses.
La empresa que se apunta la medalla de Fukushima es iRobot, fundada hace 21 años por ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts, el prestigioso MIT. La firma fabrica robots militares para las tropas de EE UU en Afganistán e Irak, y sus máquinas inspeccionaron en el lecho marino el vertido de BP en el golfo de México y trabajaron en las Torres Gemelas tras el 11-S, según publica El País.
Que sea tecnología de EE UU la elegida demuestra los diferentes enfoques que da cada país a los robots. Japón es líder mundial en el sector, pero buena parte del desarrollo lo ha dedicado a robots humanoides, destinados al ocio. En EEUU las empresas siguen las directrices del Departamento de Defensa, que exige robots útiles, sin fuegos artificiales.
El consejero delegado de iRobot, Colin Angle, dejó patente la diferencia en una entrevista en 2010 en la revista especializada Pocket-lint: 'Los robots no deberían tener piernas. Los brazos tienen sentido y la cabeza también. Nosotros no tenemos ruedas, pero los robots pueden. (...) En Japón los robots se usan como símbolo de estatus y como herramientas de marketing. Sus empresas no crean beneficios, sino sueños', explicó.
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