Nintendo está sufriendo los últimos meses por mantener su estatus en el mercado de videojuegos, que ya no es lo que era. Su producto estrella del año, el Nintendo 3DS, está vendiendo mucho menos de lo que la empresa esperaba y los expertos dudan de que la consola WiiU, que se espera el próximo año, pueda repetir el éxito de su hermana mayor.

Cuando la compañía anunció el lanzamiento de una consola portátil de videojuegos capaz de producir imágenes en tres dimensiones sin la necesidad de gafas, los expertos tecnológicos se maravillaron, pero el entusiasmo y la expectación no ha sido compartido por los consumidores.

Tras la excitación inicial, que logró poco más de 3 millones de unidades vendidas en el primer mes tras su lanzamiento, la gente sólo compró 700.000 consolas en el siguiente mes, explica BBC Mundo.

La meta era vender 16 millones de aparatos.

En lo que va del año han perdido casi el 50% de su valor y los pronósticos sobre su futuro son reservados.

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