Los clientes que semanalmente iban al puesto de venta de billetes de Germán Alejandro Rosa, asesinado la pasada semana en Guaynabo, podrán seguir yendo como de costumbre pues su hijo, del mismo nombre, asumió las riendas del negocio que su padre mantuvo por más de 20 años en una carpa frente a la exclusiva urbanización Garden Hills.

Aunque aceptó que la tarea no será fácil porque no conoce el negocio, Germán Alejandro Ortiz aseguró a NotiCel que echará hacia adelante el trabajo que con tanta entrega hacía su padre de 63 años.

'Hay una canción que dice que me quedan grandes los zapatos de mi viejo, pues eso mismo, me quedan grandes. Pero no dudo que al final del camino los voy a llenar también porque los valores que ese hombre me enseñó y la manera de vivir, solamente con el pasar del tiempo irá llenado ese espacio', admitió Alejandro Ortiz sentado en una mesa con flores que personas de la comunidad colocaron allí como muestras de cariño tras el trágico suceso.

El hombre, quien es copropietario de un establecimiento de comida criolla en Dorado, sostuvo que pese a lo difícil de la situación, continuará con la venta de billetes en el mismo lugar que lo hizo su padre por las pasadas dos décadas. 'Hay que seguir esto porque mi mamá tiene que continuar viviendo. De aquí sale el sustento de mi familia y yo tengo dos hermanas. Hay que seguir esto no puede parar', dijo.

Asimismo, indicó que después de reportarse la muerte de su padre, las ventas en el negocio han aumentado. 'Yo diría que el apoyo ha sido mayor y así seguirá siendo. El puertorriqueño tiene buen corazón, el puertorriqueño es noble y se identifica con las situaciones que pueden surgir en la vida y ese ha sido el caso', opinó.

Alejandro Ortiz expresó, además, que cree en la Justicia y dijo sentirse agradecido con la rapidez que las autoridades trabajaron la pesquisa que logró el arresto de tres sospechosos. 'Esto es un momento muy difícil. Hay muchos sentimientos encontrados, pero creo en el perdón y en la justicia divina. Honestamente, se lo dejaría en manos a la justicia y que cumplan muchos años en la cárcel, toda la vida. El remordimiento existe, pero que sepan que se equivocaron y le dieron a la persona que nunca debieron haber tocado', añadió con voz entrecortada.

El novel billetero relató a este diario digital que su padre nunca pudo celebrar el cumpleaños de su única nieta, quien celebró su primer año justo un día después del evento fatal, el miércoles, 23 de octubre. 'Por un lado cantábamos cumpleaños y por el otro llorábamos la pérdida', añadió.