La mayor parte de los visitantes consultados por NotiCel se mostraron jubilosos de la resolución que emitió la jueza Giselle Romero de detener los planes de seguridad del municipio de San Juan, y su alcaldesa, Carmen Yulín Cruz Soto, para registrar a las personas antes de entrar a la ciudad amurallada.

Incluso, algunos coincidieron en que la asistencia pudo haber disminuido debido a las medidas de seguridad que se anunciaron. Para Israel Rodríguez, natural de Las Piedras y dueño de un puesto de comida en el Paseo La Princesa, le sorprendía lo vacío que se encontraba el camino al momento de su entrevista.

Mientras, un joven proveniente de Arecibo, Manuel Rodríguez, alegó que viene todas las noches que se celebran las Fiestas cada año. No obstante, observó que este año, ‘a pesar de estar lleno, no está tan ‘explotado’ como otras veces, incluso para ser un jueves’.

Luego de que Cruz Soto anunciara sus planes para registrar a todo el mundo con paletas electrónicas para detectar metales junto a canes para olfatear drogas, la Unión Americana de Libertades Civiles junto a dos residentes del Viejo San Juan presentaron un interdicto para que el municipio desistiera de tal práctica.

De igual modo, causó controversia la instalación de verjas a un día del inicio de las celebraciones con el supuesto objetivo de obligar a la gente a pasar por los puntos de cateo en el área sur, pero los mismos fueron removidos el jueves en la mañana.

Aunque algunos ciudadanos consideraban efectivas algunas de las medidas, otras les resultaron disparatadas. Tal fue el caso de Luis Burdiel, procedente de la capital.

‘Las medidas para controlar la entrada hacia la ciudad son completamente inconstitucionales, es una violación directa a la Cuarta Enmienda’, opinó el joven de 17 años. ‘En Puerto Rico matan a alguien todos los días, y una sola persona no puede pretender evitar eso. En ninguna otra celebración grande como el Mardi Gras, las Fiestas de Sao Paulo, o incluso Año Nuevo en Times Square se observa ese tipo de control, y en Nueva York ha muerto gente sofocada por la multitud esperando que bajen el globo a las doce de la noche.’

De igual modo, Antonio Bauzá, de 17 años y residente de la capital, entendió que, ‘La ciudad es pública y eso ante los turistas luce mal. La medida (de seguridad) no se pensó’.

Igualmente, Andrés Vela, de 18 años y residente de San Juan, opinó que, ‘Esto no es lo mismo que las Justas. Aquí se hace de todo, las Fiestas no es lo único, y visita mucha gente’.

En esa misma línea, Giovanni Vázquez, de 24 años y también de San Juan, opinó que, ‘Estábien que haya guardias, pero no que rebusquen (las mochilas y carteras). Esto no es un evento producido por nadie’.

Otros, como el joven residente de San Juan, Johnathan Rodríguez, expresó que las medidas de seguridad fueron una mala idea y dejaron una mala imagen de la alcaldesa. ‘Yulín no se vio segura de lo que estaba pensando, se vio débil’, opinó.

Para muchos la remoción de las verjas fueron un aliciente para disfrutar con comodidad de la histórica celebración. ‘Yo me siento más aliviada porque esos portones que iban a poner impedían las salidas en caso de un bullicio. La gente no piensa cuando entra en pánico, así que me alegra que hayan desistido, aunque sí estaba de acuerdo en que se hiciera un cateo’, afirmó Alexandra Rosado, de 18 años, y residente en Guaynabo.

Con Rosado coincidió Nicole Montalvo, de 25 años y residente de Trujillo Alto. ‘Me siento mejor porque el que hayan quitado las verjas significa que si ocurre un tiroteo la gente puede alejarse. Las verjas iban a impedir eso’.

Mientras, Daniel Sánchez, de Trujillo Alto, estaba de acuerdo en que desistieran de las medidas que se iban a implementar. También añadió que le decepcionó el control del tránsito de parte de los agentes de seguridad ya que lo hicieron esperar media hora en su vehículo a las 3 de la tarde frente al estacionamiento de La Puntilla para luego decirle que estaba lleno a capacidad.

Por otro lado, para ciudadanas como Adria Murero, el plan de seguridad de Carmen Yulín estaba compuesto por excelentes ideas, en especial las inspecciones de seguridad en el servicio de lanchas de Cataño que llevan al Viejo San Juan, que incluían registros y grabaciones a través de cámaras de seguridad. ‘Es una pena que se haya caído (el plan), ya que esto es Puerto Rico’, expresó Murero en tono de broma.

De manera similar se expresó Luis Marcano, de 29 años y residente de Carolina. ‘Me hubiese sentido mucho mejor si hubiese cateo por lo del año pasado (el asesinato ocurrido durante las Fiestas)’.