Loíza está de luto. En la mañana del lunes, los vecinos de Loíza Gardens Apartments se levantaron sabiendo que tocaba un día difícil: el entierro de uno de los suyos, un joven estudiante de enfermería, que fue asesinado el miercoles pasado, cuando llegaba a su residencia de madrugada. Las razones que convirtieron a una de las zonas más tranquilas de la ciudad en escenario de crimen, aún se desconocen.

La pérdida, además de inesperada, duele por ilógica. Entre la comunidad predomina el asombro y el desconocimiento sobre los motivos que pudieron provocar que un grupo de bandidos le arrebatara la vida a Wilfredo Herrera Pizarro, de 20 años, quien estaba dedicado a sus estudios, no tenía récord criminal, y de quien se dice que no se metía con nadie.

Apenas hace dos meses el joven había compartido en Instagram sus calificaciones universitarias. ‘El resultado de mi esfuerzo’, expresó orgullosamente en la red social. Esperaba graduarse del Centro de Estudios Interdisciplinarios tan pronto culminara su práctica en enfermería, en septiembre de este año.

‘Era una de las esperanzas de Loíza’, lamentó el Teniente Gerardo Andújar de la División de Homicidios, del Centro de Investigación Criminal (CIC) de Carolina. La investigaciónestá en una etapa prematura aunque ya tienen identificadas tres personas de interés. El teniente explicó que algunos de los factores que en el pasado han provocado este tipo de tragediasson los llamados líos de falda y la rivalidad imaginaria que permeaen ciertos grupos territoriales desde hace décadas. ‘Hay montones de ejemplos que se han suscitado por mirar mal a alguien’, señaló.

Organizaciones como Taller Salud, que se dedican a promover la paz en Loíza, han apuntado en el pasado a ciertas rivalidades histórico-geográficas que son las causantes de la violencia en esta zona, más allá del narcotráfico. También lo confirmó la líder comunitaria, Zinnia Alejandro Cordero, quien insinuó que ocurren muchas riñas por envidia. ‘Es la privación que se ha tenido al no tener acceso a unos derechos que nos corresponden como pueblo y como humanos’, destacó.

Personas de la comunidad criticaron que el dolor se haya intensificado por la negligencia de las autoridades. El cadáver del joven permaneció ocho horas en el suelo, sin ser recogido, ni la escena limpiada. ‘Es otro tipo de violencia hacia la comunidad’, indicó Alejandro. La Policía explicó, sin embargo, que tan sólo tienen una fiscal en el distrito de Carolina y esa noche ocurrieron dos crímenes.