De policía a payaso para transformar la juventud (video)
El agente de la Policía de Puerto Rico, Vladimir A. Ramos Perez, tiene una doble identidad cuando de impactar la sociedad se trata. Cuando no es el agente, es el payaso 'Polillín'. Este miembro de la uniformada relató al portal electrónico oficial de La Fortaleza, sus motivos para recorrer la Isla entera dibujando sonrisas y transformando el entorno de las comunidades.
Ramos Pérez se destaca como uno de los policías con una de las tareas más difíciles a la hora de educar a la ciudadanía en temas de prevención, particularmente cuando se trata de niños y jóvenes adolescentes. Su función en el Negociado de Relaciones con la Comunidad inicia cada día cerca de las 4:00 de la madrugada cuando llega al cuartel general para transformarse en muchas ocasiones y trasladarse a alguna escuela o comunidad junto al programa Juventud de Voluntad Firme.
La pasión de Vladimir por hacer reir a todo el que le rodea y cambiar una situación negativa en algo memorable, surgió desde temprano en su niñez.
'Cuando yo era chamaquito, cuando me criaba en el residencial, muchas veces me llegaba a pintar de payasito con otro amigo mío y hacíamos 'sketches' de comedia en nuestra infancia y ya más adulto pues tuve la inquietud de hacer algo para bregar con los niños. Me gusta bregar con los jóvenes, con la niñez, y me gusta hacer sonreir a los niños', dijo Ramos Pérez en su entreviste para la sección 'Historias de Vida' de la Oficina de la Primera Dama.
El padre de dos niñas y un varón añadió que tomó varias clases para aprender sobre el arte de convertirse en payaso y saber cómo vestirse, maquillarse, hacer trucos de magia y a llevar un buen espectáculo que motive a los demás y les haga sonreir. Fue la payasa 'Bombita' quien le instruyó en el oficio.
Y así, entre espejos, pinceles, pinturas y coloretes, Vladimir iba dando forma y descubriendo lo que hasta entonces era su secreto mejor guardado por los pasados 9 años. Está acostumbrado a maquillarse entre 4 o 5 veces a la semana, lo que representa para este servidor público una inversión de aproximadamente $100 al mes en materiales para maquillaje y utilería. Su uniforme y sus zapatos, como diría el propio 'Polillín': son otros 20 pesos.
'Pero no hay nada que valore la satisfacción tan grande que uno siente cuando vez el rostro de algún niño o niña que se te acerca y en ocasiones te cuentan cosas muy fuertes que no se atreven decirle a sus padres o a sus maestros. Ahí es que intervenimos con muchas situaciones y al final del día, el saber que has contribuido a salvar una vida, eso no tiene precio', sentenció el agente.