Convencida exfiscal federal de la confesión del 'Manco'
Hace menos de dos años, Luis Gustavo Rivera Seijo, apodado 'El Manco', confesó a preguntas de una fiscal federal que había asesinado a Lorenzo González Cacho porque se asustó al percatarse de los ojos abiertos del niño.
'Lo vi compungido, se le resaltaron las lágrimas, estaba triste. Me expresó en reiteradas ocasiones que él se arrepentía de lo que había hecho, que hubiera deseado que nunca lo hubieran excarcelado ese día porque Lorenzo estaría vivo', recordó la ahora exfiscal federal el momento en que 'El Manco' se quebró para admitir su culpabilidad y la razón de su crimen.
Incisiva, persistente, con una estola en su brazo y aferrada a una carpeta negra, la abogada y exfiscal federal María Domínguez, relató en la tarde de hoy, viernes, ante la sala 706 del Centro Judicial de Bayamón el día en que, según ella, Rivera Seijo sin lugar a dudas confesó su crimen.
'Yo le di entera credibilidad, por su demeanor (o comportamiento), por las consistencias en las respuestas, porque le hice las preguntas en distintos momentos de distintas maneras y se mantuvo muy consistente. Estaba seguro de lo que estaba diciendo y en ocasiones estuvo emotivo', recalcó la licenciada a preguntas del fiscal Mario Rivera Géigel.
En el 2014, Domínguez era subjefa de la Fiscalía federal cuando a petición del secretario de Justicia, César Miranda, inició una colaboración con las autoridades estatales para investigar el caso del asesinato del niño Lorenzo. Fue entonces que decidió entrevistar directamente a Rivera Seijo, quien ya se había confesado autor del crimen ante agentes federales.
El 15 de octubre de 2014, se llevó a cabo la entrevista, liderada por Domínguez en presencia de la agente federal Grettel Chavarría, quien suministró el documento que firmó Rivera Seijo para renunciar a sus derechos, del supervisor Félix Rivera Esparra, y del agente de la Policía Simón Rosa, quien trasladó al 'Manco' del Hospital Psiquiátrico de Río Piedras donde llevaba internado cuatro años.
Aún cuando faltaban abogados y personal médico que asistieran al 'Manco', la exfiscal indicó que se aseguró que el entrevistado pudiera responder a las preguntas, ya que le parecía 'completamente injusto aprovecharse de una persona'. Sin embargo, a percepción de la testigo, Rivera Seijo se comportaba como un individuo inteligente, cándido y sincero.
'Él entró tranquilo, y se mantuvo tranquilo y sosegado a través de toda la entrevista, estaba alerta... Era una persona que entendía rápidamente la pregunta, que la respondía al grano, que se mantenía consistente', sostuvo la testigo.
Primero, hablaron por una media hora, en la cual Rivera Seijo compartió datos sobre su pasado. Le contó sobre la relación tirante con su madre, su mudanza hacia Ponce antes de terminar la escuela superior, su consumo de drogas y su ingreso por un tiempo corto al US Navy.
Luego, 'El Manco', quien padece de esquizofrenia desde los 17 años, habló sobre su enfermedad mental, sobre las voces masculinas y femeninas que solía escuchar que 'le daban instrucciones de cosas que debía hacer'. Pero indicó que estaba recibiendo tratamiento para esa condición y que los medicamentos estaban funcionando.
Fue entonces que la testigo le habló de Dios, de la importancia del arrepentimiento, de dar cara y 'asumir responsabilidad y enmendar los daños que habíamos hecho en este mundo', compartiendo así su filosofía e instándolo a ser honesto con ella, explicó la testigo.
'No era inculparlo por un delito que había cometido, eso no es justicia, era esclarecer si él era la persona responsable', aseguró. Las autoridades federales no tenían otro interés que dilucidar el misterioso caso, agregó.
Fue entonces que Rivera Seijo comenzó su relato con el momento en que le entregaron una boleta de excarcelación por error. Insistía que no lo excarcelaran, que no le tocaba salir de la prisión de Sabana Hoyos en Arecibo, pero no lo escucharon. A través de un hombre que salía de la cárcel ese día, logró llegar a Dorado.
Allí, continuó la testigo relatando los detalles de la confesión del 'Manco', vendió su boleta por $20, que utilizó para comprar en un caserío sustancias controladas. Por esa cantidad, adquirió 'un perico y dos bolsitas de marihuana'. Esa noche, consumió drogas. Intentó llamar a su mamá pero no le contestó y siguió vagando por el pueblo de Dorado.
En un Burger King, a horas de la madrugada, en el área de las mesas, divisó a una mujer vestida de blanco y a un hombre, a quienes luego asociaría de seguro a Ana Cacho, a quien solo reconoció en una foto, y a Arnaldo 'Naldy' Colón, a quien sí conocía pero no veía hacía 20 años.
A las 2:00 a.m. aproximadamente, se dirigió entonces a la urbanización Dorado del Mar, en busca de una casa donde dormir. Encontró una hamaca en el patio de una y brincó una verja, 'sin gran dificultad', impulsándose con un brazo y apoyándose con el 'tuco' de su brazo amputado.
Entró a la residencia fácilmente. Fue en busca de un cuchillo a la cocina para defenderse en caso de que alguien lo sorprendiera. Ahí, tomó jugo y comió galletas. En la sala, se probó unos tenis que no le sirvieron.
Subió al segundo piso, y allí dijo haber visto a una mujer fumando crack, sustancia que reconoció por el olor. Bajó rápidamente, intentando irse de la casa luego de comprobar que estaba habitada, cuando entró por equivocación al dormitorio de la hermana menor de Lorenzo, donde dormían ambos.
Al centro de la cama dormía Lorenzo, a su lado, su hermana menor. 'El Manco' se colocó al lado izquierdo de la cama cuando Lorenzo abrió los ojos. Asustado, 'lo impactó en cuatro o cinco ocasiones en el área de la nariz' con el cuchillo que había tomado de la cocina. Cuando exfiscal le increpó por los golpes, solo alcanzó a decir que le había pegado 'duro, duro'.
Ahí lloró e indicó que en declaraciones pasadas había mentido. En su testimonio, el agente federal John Morales relató que 'El Manco' había asesinado al niño porque unas voces le dijeron que así lo hiciera. Esta vez, que se asustó.
En la confesión con Domínguez, la hermanita de Lorenzo solo alcanzó a moverse, pero permaneció dormida. No vio al 'Manco'. En la de Morales, Rivera Seijo había detallado que la niña lo había visto. En ninguna de las dos indicó haberle hecho daño a la menor de los González Cacho.
A su abrupta salida de la residencia, dejó caer una bolsa con papeles y objetos de aseo. No regresó a recogerlas porque tenía prisa, según la exfiscal, o porque no podía, de acuerdo al informe preparado por la agente Chavarría tres meses después.
De esa confesión, no se tomaron videos, ni grabaciones de audio ni se transcribió palabra por palabra lo dicho esa tarde de octubre. Solo quedaron las notas escritas por Chavarría, quien preparó el informe que luego leyó Domínguez sin hacerle cambios.
En ese informe, también mencionan que Lorenzo suspiró un 'ay' e intentó taparse el rostro, cosa que la exfiscal Domínguez no recordó en lo absoluto.
Sí recordó que 'El Manco' contó que poco después de salir de la residencia escuchó una voz femenina que decía 'mi niño, ay, mi niño', lo cual, en caso de que hubiese entrado a la residencia a las 2 a.m. y Cacho lo haya encontrado cerca de las 5 a.m. como sugiere su llegada al CDT, 'El Manco' debe haber estado unas tres horas en la residencia.
Con sus preguntas en el contrainterrogatorio, Moczó intentó encontrar dichas inconsistencias entre el informe y el testimonio, aparte de incongruencias entre la confesión del 'Manco' y la información recogida en los testimonios anteriores.
Rivera Seijo se mantuvo consistente en que hirió con el objeto cortante a Lorenzo en el área de la nariz. En el testimonio de la mañana, el patólogo forense Carlos Chávez, quien realizó la autopsia al cuerpo del niño, indicó que tenía una herida letal en esa región, que lo hizo aspirar sangre por las fosas nasales, haciéndolo asfixiarse con su propia sangre.
Sin embargo, Chávez también recalcó nuevamente que el primer impacto que presenta Lorenzo es un golpe contundente en la cabeza que le provocó un trauma craneocerebral, que muy probablemente lo dejó inconsciente al instante, lo que explicaría la regularidad de las tres heridas de arma blanca - sobre la nariz, en la sien y en el párpado - con sus bordes limpios y lisos.
Además, por las cortaduras en el hueso, Chávez aseguró que el objeto cortante, de haber sido un cuchillo, no tenía dientes. La exfiscal federal Domínguez contó que, según 'El Manco', el cuchillo de la cocina tenía dos dientes en el filo, en la parte superior.
Además, Moczó trajo nuevamente a colación la orden de protección que había emitido el Tribunal de San Juan para que las autoridades no pudieran excarcelar al 'Manco' para cuestionarlo sin notificarle a sus abogados, asunto que el Ministerio Público asegura que pertenecía solo al caso por el que se le juzgaba en San Juan por asesinato atenuado de un ciudadano indigente.
También se mantuvo firme en que no se le respetaron los derechos constitucionales a Rivera Seijo al no explicarle al dedillo a lo que estaba renunciando, sin haber consultado a personal médico la estabilidad mental del ahora imputado.
Durante el a veces caldeado testimonio de Domínguez, la jueza Vilmary Soler Suárez tuvo que intervenir en numerosas ocasionas para señalarle a las partes que no podían argumentar, que se limitaran a preguntas y respuestas, y que las objeciones no estuvieran cargadas de comentarios adicionales. La vista en alzada continúa el lunes a las 9:30 a.m.