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La Calle

Policía usó balas de punta hueca en caso de adolescente muerto por agentes

Prohibidos en las guerras, pero preferidos entre criminales, estos proyectiles, que son legales, por su conformación buscan causar el mayor daño posible a la víctima.

Una bala de punta hueca del tiroteo del pasado 1 de agosto en el que policías abatieron a un menor de 16 años que estaba desarmado.
Foto:

Salvador Ramos, de 18 años, hizo un pedido por Internet de 1,740 balas de punta hueca y el 24 de mayo las usó para matar 19 alumnos y dos maestras en la escuela Robb de Uvalde, en Estados Unidos. Quería provocar el mayo daño posible y para eso compró estas municiones letales. Lo mismo hacen quienes practican la caza mayor en distintas partes del mundo al adquirir este tipo de proyectil mortífero, mientras que varios departamentos de Policía en Estados Unidos también lo utilizan.

En Puerto Rico, la Policía también tiene disponible esta munición: fue la que impactó más de una docena de veces el cuerpo de Javier Cordero Nevares, de 16 años, en la noche del pasado 1 de agosto, cuando, tras supuestamente robar un carro, huyó de la Policía para quedar acorralado en una calle sin salida de la urbanización La Rivera, en Hato Rey, donde fue abatido luego de que aparentemente le lanzara el vehículo encima a los agentes.

Y pese a que el comisionado Antonio López Figueroa dijo que la uniformada “sale a proteger vidas y propiedades, no a matar a nadie”, lo cierto es que los proyectiles usados por los uniformados esa noche están diseñados para provocar el mayor daño posible a la víctima y no destinados a salvarla.

La Policía fue consultada por NotiCel sobre si los agentes usan normalmente este tipo de munición y la respuesta fue que "varía", es decir que en ocasiones efectivamente se arman con estas balas.

Los proyectiles de punta hueca se expanden en el cuerpo al impactar y matan más fácilmente, coinciden las reseñas de este tipo de proyectil, que no está diseñado para lograr precisión o seguridad, sino que para romperse con el impacto (producen una herida de diámetro mayor y un “canal” más extenso que desgarra el tejido) y causar el mayor daño posible.

El uso de este tipo de munición en guerras está prohibido por acuerdos internacionales y desde la Convención de La Haya de 1899 (no permite la utilización de balas expansivas), pero no así los proyectiles tradicionales de forma lisa, como una cápsula, que se deforman o se mantienen intactos cuando penetran en el organismo.

Sin embargo, entidades como la Cruz Roja Internacional no rechaza el uso de esta clase de munición policial en ambientes urbanos: “Hay varios Estados que han decidido que, por lo que concierne a la aplicación de la ley a nivel nacional, fuera de los conflictos armados, en especial cuando es necesario enfrentarse a una persona armada en un entorno urbano o entre una muchedumbre, las balas expansivas pueden ser empleadas por la Policía con el fin de que los proyectiles no atraviesen el cuerpo del sospechoso y alcancen a otra persona, así como para asegurarse de que, después de ser alcanzado, el sospechoso no pueda disparar a su vez”, sostiene un documento de la entidad.

Estas balas no son ilegales en EEUU, así como en algunos países de Europa y Latinoamérica.

El presidente de la Corporación para la Defensa del Poseedor de Licencia de Armas de Puerto Rico (Codepola), Ariel Torres Meléndez, sostuvo que “hay un montón de municiones que son punta hueca, como la Corbon… hay un sinnúmero que tienen la punta hueca”.

Advirtió que “no es una bala común”, pero a la vez recordó que no es ilegal.

“En Estados Unidos la mayoría de los Departamentos de Policía usan punta hueca, acuérdate de que es una bala que tiene 140 y pico gramos de pólvora, comparado con la normal, que lo que tiene son 95 gramos. Y la Policía tiene que equiparar, porque el delincuente tiene una buena vara. Tiene que tener algo similar a lo que hay en la calle”.

Más de 60 tiros dispararon siete policías contra el menor, que recibió más de una docena de balazos en su cuerpo.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Para el director médico de la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico (ASEM), Israel Ayala Oliveras, las balas de punta hueca “obviamente” causan un daño mayor en la víctima, “por eso creo que hasta están prohibidas. Las lesiones son desastrosas”.

En opinión del médico, y sobre la base de su experiencia, “las personas que están envueltas en mundo delictivo y quieren asegurarse que en un ataque la víctima quede con lesiones graves o mueran, van a hacer todas las modificaciones posibles para crear los mayores daños y la muerte”.

Ayala Oliveras admitió que es un “tema complejo”, incluso “de congresos internacionales”, pero aclaró que cuando se habla de pacientes heridos de bala hay “muchos factores o elementos en consideración”.

“Hay que ver el tipo de arma, si es arma militar, porque las armas civiles se consideran que son armas que tienen proyectiles de baja velocidad, las militares son de alta velocidad. En promedio, y dependiendo del tipo de arma y calibre, en las armas civiles de baja velocidad las balas salen a su objetivo entre 300 a 350 metros por segundo. Las militares, recorre el proyectil entre 750 y más de mil metros por segundo”, expone.

Israel Ayala Oliveras.
Foto: JOSIAN E BRUNO GOMEZ / NOTICEL

Agregó que “en la herida de bala también es importante el área anatómica, el tipo de arma y el proyectil, porque a más velocidad, más daño. A esto se le suma el proyectil: unos tienen más o menos peso. Si usted suma alta velocidad y más peso, habrá más daño”.

Específicamente sobre la bala hueca, comentó que “si consideramos un disparo de un arma de nueve milímetros, la bala sale a 300 a 350 metros por segundo. Si ese proyectil es ‘hollow point’, lo que pasa es lo siguiente: cuando el proyectil sale del caño, haciendo fricción con aire, va en rotación. El plomo va rotando, y tienen menos interferencia con el aire y fuerza de gravedad. Dependiendo del arma, potencia y velocidad, cuando ese proyectil entra en contacto con el aire, va cerrando resistencia al aire y va abriendo el proyectil y eso, más la rotación, se convierte en un rotor. Cuando toca el cuerpo humano el daño es mayor, porque muchas veces se fragmentan. Tienen mayor área de afectación”.

Además, explicó que en este tipo de balas “la energía se transmite al área circundante. Puede estar al lado derecho la herida, pero las mayores lesiones se pueden presentar al lado izquierdo, por la onda de expansión, como cuando lanzamos una piedra a un lago”.

“¿Cuándo se afecta más la persona? Depende del tipo de arma, el proyectil, el área anatómica y la reserva fisiológica (como la edad de la víctima)”, aseveró.