Ramón A. Jimenez Martínez, de 42 años, fue vecino de la estación de bomberos en San Jose, aunque no en condiciones privilegiadas. Dormía entre cartones, y hace 28 años sufre de adicción a drogas. Sin embargo, al abrir los ojos esta mañana, decidió recurrir a sus ‘vecinos’ bomberos y pedir ayuda.

Allí en la estación le recibió el bombero Luis Plaza, quien regresaba de participar en la marcha ‘Ni una bala más al aire’. Tal como le pidió Jiménez, el bombero llamó al al Centro de Rehabilitación Embajadores ubicado en la ciudad de Chicago, Illinois para ver si lo podían recibir para iniciar su proceso de rehabilitación.

Plaza logró comunicarse con un encargado de origen puertorriqueño, quien le dejó claro que si Jiménez estaba decidido a rehabilitarsele recibirían de inmediato.

Siendo así, Plaza decidió comunicarse con el Jefe del Cuerpo de Bomberos, Ángel A. Crespo Ortiz, quien coordinó con uno de los enlaces de consejería pastoral de la agencia para continuar con la misión de ayudar al deambulante.

El asunto entonces pasó a manos de Rafael Álamo, quien forma parte del equipo de capellanía del Cuerpo de Bomberos y es co-pastor en una iglesia cristiana de Rio Grande. Al personarse a la estación conversó con Jiménez hasta que eventualmente lo montó en el camión de bomberos para llevarlo al aeropuerto Luis Muñoz Marín a comprar su pasaje a la rehabilitación.

‘Como vimos que realmente estaba decidido a dejar atrás las drogas, luego de proveerle alimento en la estación de San José lo llevamos a comprar el pasaje, y entre el compañero bombero Luis Roig y yo le compramos un bulto para las pocas pertenencias que tenía y un abrigo. Además le faltaba algo de dinero para completar el pasaje y con mucho gusto lo ayudamos a completar. Lo llevé al aeropuerto y me despedí de el con la esperanza puesta en Dios de que pueda lograr su proceso de rehabilitación’, expresó Álamo.

Según explicó Jiménez, ‘al abrir los ojos esta mañana, miré el cielo y dije hoy voy a tomar una decisión, si no la tomo hoy, no la tomaré nunca’. Un golpe de voluntad y manos solidarias fueron más que suficientes para que este hombre comience una nueva etapa de vida.

Ramón Jiménez llega esta noche a la ciudad de Chicago y el personal del Centro de Rehabilitación se comprometió con Álamo en comunicarse vía telefónica tan pronto el hombre sea recibido.