La congresista demócrata Gabrielle Giffords, que recibió un disparo en la cabeza en un atentado en el que murieron seis personas mientras participaba en un acto público el pasado 8 de enero en Tucson (Arizona), se recupera rápidamente de las heridas y ya puede mover sus extremidades a voluntad.

Giffords, de 40 años, recibió un disparo en el cráneo que le llegó a tener al borde de la muerte, pero las atenciones que recibe en el Centro Médico Universitario de Tucson están dando buenos resultados.

El pasado miércoles, llegó a abrir los ojos cuando recibió la visita de sus compañeras congresistas Debbie Wasserman Schultz, representante por Florida, y Kirsten Gillibrand, senadora por Nueva York.

El presidente Barack Obama mencionó el detalle en el mensaje que ofreció ese día ante unas 15,000 personas en honor a las víctimas de la masacre de Tucson en la cancha de la Universidad de Arizona arrancando una larga ovación entre los presentes.

El presidente de Estados Unidos instó luego a los estadounidenses a no utilizar la masacre como una ocasión "para volvernos los unos contra los otros".

"Tenemos que comunicarnos de manera que sane, no que hiera", afirmó Obama entre aplausos.

Las autoridades imputan a Jared Lee Loughner haber dado muerte a seis personas y herido a 14.

En la casa de los padres de Lee Loughner, de 22 años, la familia selló la puerta de entrada con grandes bloques de madera poco después de que supieran la trágica noticia de que su hijo estaba detenido como sospechoso del atentado de Tucson.