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Larga resistencia de la oposición egipcia

Reacios ante las moderadas propuestas de reforma del gobierno egipcio, los manifestantes de la plaza de la Liberación en El Cairo se preparan para una larga resistencia. No cederán hasta que el presidente Hosni Mubarak se vaya.

Tras dos semanas de manifestaciones, el recinto, centro neurálgico de las masivas protestas contra el régimen, se ha llenado de nuevo hoy con integrantes de todas las capas sociales.

Entre los que permanecen concentrados sigue aumentando el número de personas que deciden acampar, dispuestos a aguantar lo que haga falta hasta la marcha del Mubarak, quien se ha reunido esta mañana con el gobierno en pleno, publica el diario español El País.

Son varios miles de ciudadanos, la mayoría hombres, que organizan marchas y cánticos desde primeras horas de la mañana. Sobre todo intentan impedir que los tanques del Ejército abandonen la plaza; algunos incluso duermen entre las ruedas de los vehículos. Entienden que su presencia garantiza que la revuelta pueda continuar y ofrecen cierta protección ante el hostigamiento de los partidarios del gobierno.

El clamor resuena en el centro de El Cairo: 'Vete! Mubarak, vete!'. Desde EEUU, el presidente Barack Obama ha avisado de que Egipto 'ya no volverá a ser lo que era'. El país intenta volver a la normalidad, pero sólo lo consigue a duras penas. Los bancos han reabierto, pero las escuelas y la bolsa siguen cerrados, según informa la BBC.

Una reunión ayer del vicepresidente egipcio Omar Suleimán con los grupos anti-Mubarak, incluido un representante de los Hermanos Musulmanes, demuestra que, con Hosni Mubarak o sin él, será difícil arrancarle concesiones significativas al gobierno.

El vicepresidente ofreció ampliar la libertad de prensa, liberar a los presos 'de conciencia', establecer una comisión consultiva sobre la reforma de la Constitución y levantar, en un futuro indeterminado, un estado de excepción que dura desde 1981.

Sobre el levantamiento del antiquísimo estado de excepción, establecido desde que el asesinato de Anuar el Sadat llevó al poder a Mubarak, Suleimán dijo que sólo se realizaría cuando la situación lo permitiera. La decisión dependería, dijo, de 'las condiciones de seguridad'. No ofreció ningún plazo, ningún compromiso.

Los delegados de la oposición abandonaron la reunión entre dubitativos y decepcionados, ya que llevaban dos semanas exigiendo la dimisión del presidente y asegurando que no negociarían mientras no se cumpliera esa reivindicación.