En Lisboa, hay mucha gente cansada de las artimañas de los poderosos. Cientos de miles de personas tomaron las calles del centro de Lisboa para gritar ‘basta ya’ a la precariedad laboral, manifestación que se extendió alrededor de 11 ciudades alrededor del país, según reseñaron varios diarios españoles.

‘Con precariedad no hay libertad’ fue uno de los lemas más coreados de la tarde del domingo, dónde jóvenes acabados de salir de la universidad que buscan su primer empleo, trabajadores temporales con contratos precarios, becarios no remunerados, jóvenes sin contrato y muchos desempleados en geneal acudieron a una manifestación convocada en contra de tener que pagar una crisis que, según ellos, ‘no les pertenece’.

En entrevista con el diario español La República, la profesora universitaria subcontratada, Joana Manuel, de 34 años de edad, dijo que perdió su trabajo a fin de año y que ‘el anuncio de más medidas de austeridad ayer es una completa desvergüenza. Esta manifestación es el comienzo de una serie de protestas’.

El viernes pasado, el Gobierno luso anunció nuevas medidas de ajuste fiscal que buscaría reducir el déficit gubernamental a un 2% para 2013. Sin embargo, estas medidas afectan directamente a la empleomanía joven y harían más difícil conseguir trabajo a los desempleados, según los manifestantes.

‘La crisis es su excusa’, se podía leer en una de las pancartas de los manifestantes, según narró La República. Otro cartel sostenía que ‘no es país para jóvenes’, mientras los manifestantes coreaban consignas como ‘políticos gordos, gente delgada!’al tiempo querecorrían la avenida de la Libertad para terminar en la Plaza Pública, junto al Tajo.

Según el diario El País, esta esla mayor movilización que se realiza en Portugal al margen de partidos y sindicatos desde la revolución del 25 de abril de 1974. Los organizadores aseguraron que sólo en Lisboa 300,000 personas respondieron a la convocatoria de la autodenominada ‘Geração à rasca'(Generación en apuros), efectuada a través de Facebook por un reducido grupo de jóvenes hace poco más de un mes. Al margen de las cifras, lo cierto es que las manifestaciones en Lisboa y Oporto superaron todas las expectativas.

‘El país está en apuros’ y ‘La precariedad no escoge edad’ eran otros lemas que se leían en dos grandes pancartas que abrían la marcha en la capital portuguesa, que abarrotó de punta a punta la Avenida de la Libertad, arteria principal de la ciudad.

‘Estoy harta, pero no me callo’, podía leerse en un cartel que enarbolaba una joven. Las críticas a los políticos estaba presente en toda la iconografía de las manifestaciones.

Esta es apenas la más reciente manifestación que evidencia la falta de credibilidad de muchos portugueses en la clase política. Anteriormente, lo habían demostrado en las elecciones presidenciales del pasado 23 de enero, en las que la abstención llegó al 53.48% (más de cinco millones).