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Para la guerra siempre hay dinero

Mientras se recorta el gasto social y se congelan salarios y pensiones estatales por supuestas dificultades financieras insoslayables, los operativos militares se llevan adelante con un simple cálculo de costos.

En el máximo deudor planetario, Estados Unidos, se estima que el costo de los misiles de un solo día asciende a unos $100 millones: una operación prolongada costaría varios miles de millones, publica BBC Mundo.

En el Reino Unido, que vive bajo la sombra de unos de los recortes fiscales más drásticos de la Unión Europea (UE), se estima que cada misil cuesta unos $700,000, mientras que una salida del avión de combate Tornado se sitúa en unos $40,000.

Hasta en Grecia, que debió ser rescatada por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) el año pasado, un canal televisivo puso esta semana el grito en el cielo al calcular que aún la marginal participación griega en el conflicto costaría unos $1.4 millones por día.

'Es un despropósito. Hay una especie de tabú a la hora de hablar del costo de un conflicto. Las prioridades de la clase política en muchos países es deplorable', señaló a BBC Mundo Chris Nineheam portavoz de la organización Stop the War Coalition en Londres.

Más allá de la polémica sobre las razones diplomáticas o humanitarias para intervenir en Libia, lo cierto es que el tema económico no parece figurar entre las prioridades a la hora de tomar este tipo de decisiones.

En Estados Unidos, la Cámara de Representantes aprobó una reducción presupuestaria de más de $60,000 millones en febrero.

Si el conflicto dura días el costo, será perfectamente absorvible, pero si se prolonga durante semanas y meses el gasto militar se disparará.

El ex miembro del Pentágono Dov Zkaheim estimó que el Departamento de Defensa necesitará enviar un pedido de fondos de emergencia al Congreso si el costo militar de la operación en Libia llega a los 1,000 millones de dólares.

El primer ministro británico David Cameron, que ha liderado diplomáticamente el operativo contra Gadafi, justificó los recortes anunciados el año pasado (unos $120,000 millones en los próximos cuatro años) diciendo que 'nuestro estilo de vida va a tener que cambiar'.

Pero Nick Nineheam, de Stop the War Coalition, destacó que esos recortes 'se presentaron como inevitables. No había dinero en la caja. Pero parece que para una intervención en Libia sí hay dinero'.

Este miércoles, el gobierno británico presenta su nuevo presupuesto y, aunque no se esperan nuevos recortes, la austeridad gubernamental estará abierta a cuestionamientos.

'Se dice que el estado es demasiado grande y hay que achicarlo, pero parece que el estado es suficientemente grande para imponer militarmente su voluntad en el Medio Oriente y es muy chico para salvar una biblioteca pública del recorte', añadió Nineheam.