Raúl Castro apuesta a las reformas
En la inauguración del sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), el presidente Raúl Castro arremetió contra la maquinaria de esa colectividad política y pidió desterrar el inmovilismo y los dogmas.
Asimismo, Castro aseguró que el relevo generacional de la revolución no está garantizado al no haber dirigentes jóvenes 'debidamente preparados' y pidió rejuvenecer el partido, sin descartarse él mismo.
Según publica el diario español El País, las palabras del líder cubanoconfirmaron que la reforma económica cubana avanza, todavía tímida, hacia un sistema mixto, con más iniciativa privada y menos Estado; que su alcance y plazos no están claros, aunque se habla de 'un quinquenio' para 'actualizar el modelo'; que no hay relevo a la vista para sustituir a la dirigencia histórica, ya octogenaria; y que el peor enemigo de los cambios es la propia forma de funcionar del PCC y su burocracia mas ortodoxa.
El presidente cubano, de 79 años, dejó claro desde el inicio que los cambios se hacen para 'preservar' el socialismo, no para destruirlo. Dicho esto, confirmó el rumbo de las transformaciones que el Sexto Congreso aprobaría: descentralización; autogestión empresarial; estímulo a la iniciativa privada y al trabajo por cuenta propia, aunque con límites; reducción de los gastos sociales -la libreta de racionamiento desaparecerá paulatinamente- y drástico ajuste del empleo estatal, aunque con plazos flexibles.
Castro reiteró que en Cuba primará la planificación, pero aseguró que no se 'ignorarán las tendencias presentes en el mercado'. En esta línea, mencionó tres nuevas medidas aperturistas casi listas: la autorización para la compraventa de casas y coches; la ampliación de los límites de tierras ociosas del Estado que pueden entregarse a los campesinos; y la regulación que permitirá a los bancos conceder créditos a los trabajadores por cuenta propia.