París y Roma rumbo a acuerdo migratorio
París y Roma han acordado impulsar la revisión del acuerdo de Schengen, que permite la libre circulación de ciudadanos en la Unión Europea. París pide cláusulas de salvaguarda para restablecer controles fronterizos, tras la llegada a Italia de miles de inmigrantes procedentes de los países norteafricanos.
'Hay que reformar Schengen', subrayó el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, junto al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en una rueda de prensa tras la cumbre franco-italiana celebrada esta mañana en Roma para abordar la cuestión de la llegada de miles de inmigrantes del norte de África a las fronteras italianas y francesas, publica el diario español El País.
Berlusconi, que ha subrayado que la reforma del tratado se debe a las 'excepcionales circunstancias actuales', ha añadido que ambos países han acordado además pedir una 'mayor solidaridad' a sus socios comunitarios para hacer frente a la crisis migratoria.
Los dos mandatarios se han mostrado partidarios de revisar Shengen. 'Queremos que Schengen continúe, pero para que continúe es necesario que sea reformado', señaló Sarkozy, y ha añadió que junto a la reforma del acuerdo es partidario de reforzar la agencia de fronteras de la UE, Frontex. 'Creemos en Schengen, por eso creemos en una reforma profunda del acuerdo', agregó el dirigente francés, que ha insistido en que Francia es el país que más refugiados tunecinos ha acogido, unos 50,000. Por ellos considera que su país ha hecho un esfuerzo mayor en la acogida de refugiados norteafricanos.
Desde Bruselas, la Comisión Europea propondrá medidas para mejorar la cooperación en el espacio Schengen y evitar que un estado miembro que sufra la llegada de una oleada de inmigrantes tenga que gestionar solo la situación, informó hoy el portavoz comunitario Patrizio Fiorilli.
La medida, debatida la semana pasada por el colegio de comisarios, formará parte de un informe que Bruselas adoptará el próximo 4 de mayo, indicó el portavoz. 'El principal punto es mejorar la coordinación entre los Estados miembros' y evitar que un país tenga que tomar decisiones unilaterales, explicó.
Las tensiones diplomáticas entre París y Roma en torno a la crisis migratoria alcanzaron su nivel más alto el domingo de la semana pasada, cuando Francia bloqueó durante casi todo el día el acceso de trenes procedentes de la ciudad fronteriza italiana de Ventimiglia. Entonces París alegó motivos de seguridad, por la celebración de una manifestación no autorizada, y recibió después el respaldo de la Comisión Europea.