Millones de fieles gozan beatificación
Para muchos fieles, la beatificación del "Papa Viajero" en Roma ha sido la mayor ceremonia de elevación a los altares en toda la historia durante una fiesta religiosa que se extendió por los 129 países que Juan Pablo II visitó durante sus poco menos de tres décadas de Pontificado.
Un millón y medio de peregrinos participaron en las distintas misas celebradas simultáneamente en El Vaticano mientras cientos de millones de personas seguían el acontecimiento desde todos los rincones del planeta, publica el conservador diario español ABC.
El rotativo informó que a las diez y cuarenta de la mañana, el rostro sonriente de Juan Pablo II se asomó a la fachada de la basílica de San Pedro en una espléndida fotografía. Benedicto XVI acababa de pronunciar la fórmula de beatificación y de anunciar que su fiesta será el día 22 de octubre.
Fieles de todo el mundo aplaudieron, rezaron, lloraron y se abrazaron bajo un cielo radiante que premió la emoción y el esfuerzo de la espera.
Había decenas de miles de peregrinos en las inmediaciones de San Pedro ya a las dos de la madrugada hora local, mucho antes de la apertura de la plaza a las cinco y media. Enfermos y niños en sillas de ruedas entraron en el Vaticano por una puerta lateral a las tres de la madrugada.
En cuanto Benedicto XVI pronunció el rito de beatificación, la religiosa polaca Tobiana Sobotka, que el apartamento de Juan Pablo II durante casi treinta años y que escuchó sus últimas palabras, "Dejadme ir a la casa del Padre"; y la religiosa francesa Marie Simon-Pierre, curada milagrosamente de su párkinson por intercesión de Juan Pablo II, llevaron su reliquia hasta el Papa y después el altar.
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