El mundo pide clemencia para Troy Davis
El clamor contra la ejecución del condenado a muerte en EEUU Troy Davis ha superado fronteras e instituciones siendo el último peticionario de clemencia el gobierno francés. Además de entidades contra la pena de muerte, comunitarias y religiosas, han pedido la conmutación de la condena del preso que está previsto sea ejecutado hoy en Georgia, el Consejo de Europa y el Vaticano.
Francia pidió a la Fiscalía y las autoridades del Estado de Georgia que no a Davis porque considera que hacerlo sería 'cometer un error irreparable '. La última petición de clemencia de los abogados de Davis fue rechazada ayer por la Junta de Indulto y Libertad Condicional del estado de Georgia, en el sureste de Estados Unidos.
'Francia lamenta profundamente la negativa de la Junta de Indulto y Libertad Condicional del estado de Georgia a conmutar la pena de Troy Davis', sostuvo un portavoz del gobierno francés.
Las peticiones en todo el mundo para evitar la ejecución del Davis se han multiplicado por todo el mundo. El presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano, el cardenal Peter Turkson, realizó un llamamiento para que no se aplique la pena de muerte al ciudadano estadounidense.
El Comité de Ministros del Consejo de Europa solicitó también hoy la conmutación de la pena de muerte de Davis. 'El Comité de Ministros del Consejo de Europa ha sido informado de que el Comité de Indultos del Estado de Georgia ha rechazado la clemencia solicitada por Troy Davis contra su condena a muerte, pese a las serias dudas que pesan sobre su culpabilidad', expresó en un comunicado.
El tribunal de Georgia sentenció a Davis, de 42 años, a que sea ejecutado por la muerte del policía Mark MacPhail en 1989. Davis fue condenado a la pena capital en 1991. Sus abogados habían argumentado que la culpabilidad de su cliente no había sido demostrada suficientemente porque las declaraciones de los testigos eran poco firmes y no había pruebas físicas. Como el gobernador de Georgia no tiene autoridad para suspender ejecuciones, la Junta era la última esperanza del condenado.