En EEUU se oponen a un oleoducto
Washington.- El Departamento de Estado de Estados Unidos decidirá pronto si desvía el trazado de un polémico oleoducto que se extendería desde Canadá hasta el Golfo de México, para proteger una reserva natural y satisfacer las demandas de grupos ecologistas.
Según publica hoy el diario The Wall Street Journal, el departamento que dirige Hillary Clinton, encargada de decidir si autoriza o no el polémico oleoducto Keystone XL, está sopesando una ruta alternativa para el proyecto.
El objetivo es esquivar el área natural de Sand Hills, en Nebraska, así como un acuífero que provee de agua a varios estados, en respuesta a las demandas de residentes del área, grupos ecologistas e incluso legisladores del Congreso estatal.
El posible desvío obligaría a una nueva evaluación del impacto medioambiental que tendría el oleoducto en la nueva zona que atraviese, lo que podría retrasar la aprobación del proyecto hasta más allá de las elecciones generales de 2012, según indicaron altos funcionarios estadounidenses al diario.
Según las autoridades estadounidenses, el proyecto podría crear al menos 5,000 empleos sólo en el sector de la construcción en Estados Unidos, por cada año que dure la edificación.
De acuerdo con los sindicatos, también ayudaría a reducir la dependencia del petróleo extranjero, especialmente de la convulsa región de Oriente Medio, y orientaría la cooperación hacia Canadá, un Gobierno estable que ya es en la actualidad el principal suministrador de petróleo de Estados Unidos.
Para los opositores a Keystone XL, el número de empleos que podría crear palidecen frente a los daños ambientales que ocasionaría en la zona, especialmente por un incremento en la emisión de gases y la desestabilización de los ecosistemas de la costa.
Según los grupos ecologistas, el oleoducto podría incrementar además el costo de la gasolina, al reorientar el excedente de petróleo en la zona central del país.