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Mundo

Ejército ignoró problemas mentales del 'Wiki-chota'

La audiencia de hoy sobre las filtraciones del soldado estadounidense Bradley Manning reveló que sus superiores ignoraron varios avisos sobre sus problemas mentales y permitieron un manejo inapropiado de equipos con información clasificada en su base.

Jihrleah Showman, superior de Manning durante su período de instrucción militar y en Irak, testificó hoy que el soldado tuvo problemas de comportamiento previos a su despliegue en el país árabe y que recomendó a sus superiores repetidas veces que no fuera asignado a tareas de inteligencia.

En más de una ocasión Showman advirtió a su superior, el sargento Paul Adkins, que el joven tenía problemas mentales y sugirió que no era apto para 'ser desplegado, no debería tener acceso de seguridad y necesitaba ayuda especial'.

Showman indicó que Manning mostraba 'un alto nivel de paranoia' y recordó que ya en Irak el soldado, que por aquel entonces tenía 22 años, le propinó un puñetazo y tuvo graves problemas de adaptación que la llevaron a advertir: 'que se preparen para que algo pase otra vez'.

La supervisora, quien respondió a las preguntas de la acusación y la defensa por teléfono, indicó que Manning era el que más sabía de informática en su unidad y reconoció que en su base en Irak no había un gran control en el uso de los ordenadores de trabajo.

Showman reveló que en la unidad -cercana a Bagdad- en la que servía Manning era normal que los jóvenes soldados encargados de manejar información sensible utilizaran sus equipos de trabajo para escuchar música, jugar a vídeo juegos e instalar programas no autorizados.

Después de agredir a Showman, Manning fue enviado a la unidad encargada del material de la base como castigo, tiempo en el que supuestamente siguió recopilando documentos clasificados y mantuvo contactos con la red de WikiLeaks.

Su supervisor en aquel momento, Peter Bigelow, negó hoy haber buscado durante aquel tiempo información en Internet sobre WikiLeaks o sobre su fundador Julian Assange.

'Quién? No sé quién es ese', respondió incrédulo, provocando sonrisas en un sala, cada vez más sometida a la tensión tras cinco días de testimonios, muchos de ellos llenos de complejos tecnicismos informáticos y militares.

La Fiscalía, que hoy cerró su lista de testigos, intentó demostrar que un Manning inadaptado recopiló información privilegiada a la que tuvo acceso, como vídeos de acciones de combate, información de la guerra de Irak o listas de correos electrónicos, y comenzó a enviarla a la red de Assange.

Pero el momento más complicado para Manning, quien el sábado cumplió 24 años y que se enfrenta a un posible juicio en un tribunal castrense y a una pena de hasta cadena perpetua, fue cuando apareció en la sala Adrian Lamo, el hacker que lo delató y provocó su ingreso en prisión incomunicada.

En un tenso interrogatorio con la defensa de Manning, Adrian Lamo describió sus contactos por chat con el soldado y como este le confesó que era la fuente de la filtración a WikiLeaks, así como sus problemas sobre su sexualidad.

Lamo, quien se definió como experto informático, periodista y ministro de la Iglesia Universal de la Vida, insistió que era 'razonable' pensar que Manning era el que estaba detrás del usuario 'bradass87', con quien mantuvo varias conversaciones por Internet.

El hacker y bloguero fue presionado varias veces para que respondiera sin rodeos a las preguntas por el abogado defensor de Manning, Daniel Coombs, quien intentó dejar implícito que casi desde el primer momento la intención de Lamo era arrancar una confesión del soldado.

Lamo, quien reconoció haber sido internado por problemas psicológicos, dijo que en su opinión Manning 'quería presumir de lo que hizo' y que tras examinar su perfil de Facebook no le quedan dudas que fue él la 'garganta profunda' de WikiLeaks, responsable de la mayor filtración de información reservada de la historia de Estados Unidos.

Policías militares escoltan al soldado Bradley Manning (i), el pasado viernes 16 de diciembre, a las afueras de un corte en Fort Meade, Maryland. (EFE)
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