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Republicanos se sacan los ojos con vídeos

Washington - Los claroscuros y contradicciones de los candidatos presidenciales republicanos en EEUU son un arma crucial para los vídeos de propaganda de las campañas, transformados en escenario de una batalla paralela por sumar votantes y descalificar a los rivales.

El uso de vídeos políticos tuvo su infancia en la década de 1950 pero no ha sido sino a partir de 2008 que aumentaron en fuerza y popularidad, especialmente debido a su profusa difusión en YouTube y las redes sociales en internet.

Se trata de parodiar al contrincante, de dejar al descubierto sus incoherencias y de reducirlo a una caricatura del presidente Barack Obama, el 'enemigo' a batir el próximo 6 de noviembre.

La última es la estrategia más usada por el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney, que hasta antes de las primarias de Carolina del Sur -donde quedó en segundo lugar, detrás de Newt Gingrich- avanzaba cómodo hacia la nominación en parte por los buenos resultados en Iowa y Nuevo Hampshire.

Los demás aspirantes 'se están avergonzando a sí mismos siguiendo las líneas de Obama', reza uno de los últimos vídeos lanzados por la campaña de Romney.

'Por qué votaría por alguien que es como Obama?', pregunta un vídeo del exsenador por Pensilvania Rick Santorum, que compara a Romney con Obama.

Santorum arremete contra la reforma sanitaria aprobada cuando Romney gobernaba en Massachusetts y la equipara a la promulgada por Obama en 2010 y rechazada por la mayoría de los republicanos.

El exsenador, que como el resto de los rivales republicanos promete reducir el gasto fiscal para combatir el abultado déficit, dice además en el vídeo que, al igual que Obama, Romney apoyó el 'rescate' de Wall Street.

Pero las hemerotecas, abono de muchos de los vídeos de las campañas, también le juegan malas pasadas a Santorum.

El legislador tejano Ron Paul, de ideología libertaria y partidario de reducir la injerencia y gasto del gobierno a la mínima expresión, acusa a Santorum de 'hipócrita en serie' y de tener un 'récord de traición' en el Congreso, donde cuando era senador 'votó cinco veces a favor de elevar el techo de la deuda'.

Las votaciones de Santorum también fueron objeto de burla en los vídeos de la campaña del gobernador de Texas, Rick Perry, que abandonó la contienda el jueves pasado.

Así, Perry sacó a la luz que Santorum votó en 2005 'para gastar millones en un puente a ninguna parte para ayudar a 50 personas', apoyó crear 'un museo para las teteras en Carolina del Norte', y una medida para invertir '597.000 dólares para fundar un instituto sobre las ovejas en Montana'.

Mientras, la campaña de Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes (1995-1999), que busca presentarse como una alternativa seria a Romney, lleva tiempo centrando sus ataques contra éste, subrayando ad nauseam su presunta 'moderación'.

En uno de sus vídeos, la campaña de Gingrich acusa a Romney de ser 'proaborto' y de ampliar el acceso a las píldoras abortivas cuando gobernaba en Massachusetts.

En respuesta, Romney recurre a ex legisladoras como Susan Molinari, que trabajaron con Gingrich cuando era presidente de la Cámara Baja, para tacharlo como un 'líder indisciplinado, poco fiable y polémico'.

Pese al aluvión de vídeos de las campañas, en esta contienda han ganado protagonismo los elaborados por los llamados 'Super PACs' (Comités de Acción Política), grupos creados a raíz de varios dictámenes de 2010 y que pueden recibir y gastar fondos sin límites para impulsar la victoria o derrota de un candidato federal.

Algunos de ellos han difundido vídeos contra Romney, al describirlo como un 'depredador' cuando éste dirigía la firma privada Bain Capital, y contra Gingrich, aireando sus infidelidades matrimoniales.

Los grupos que respaldan a Gingrich y Romney han gastado alrededor de 6 millones de dólares cada uno en anuncios de televisión y radio en Carolina del Sur y en Florida, próxima parada en el calendario electoral.