La máxima corte de Brasil comienza a juzgar a partir de hoy a los políticos acusados en el ‘juicio del siglo’, entre ellos varios que fueron destacados colaboradores de la gestión presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva.

En la ronda de votaciones más crucial del proceso contra los 37 acusados en el escándalo de corrupción que sacudió al gobierno de Lula en 2005, los magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF) se pronunciarán sobre los cargos contra 23 implicados, entre ellos 14 dirigentes de cinco partidos políticos y el que fue poderoso ministro de la Presidencia José Dirceu.

Tras tres rondas de votaciones en el proceso que comenzó el pasado 2 de agosto, el Supremo ha declarado culpables a diez de los acusados de participar en una red que desviaba recursos públicos para pagar sobornos a diputados dispuestos a votar favorablemente las iniciativas del Gobierno en el Congreso.

Los diez primeros fueron condenados por delitos como desvío de recursos públicos y lavado de dinero ya que los magistrados concluyeron que se apoderaron de dineros del Estado y ocultaron su origen para alimentar la red de corrupción.

Los magistrados juzgarán a los entonces congresistas y dirigentes políticos acusados de corrupción pasiva, corrupción activa, lavado de dinero y asociación para delinquir por supuestamente haber recibido esos recursos a cambio de ofrecerle favores al Gobierno.

Además de Dirceu, que por muchos años fue la mano derecha de Lula, en la ronda de votaciones de esta semana se definirá la responsabilidad de los hasta entonces principales dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), la fuerza que Lula ayudó a fundar y por la que fue elegido presidente en 2002 y reelegido en 2006.

Entre esos dirigentes destacan José Genoino, entonces presidente del PT, y Delubio Soares, quien fuera tesorero de la formación.

En la sesión que comenzará en la tarde de este lunes, el juez relator del proceso, Joaquim Barbosa, leerá sus conclusiones, lo que puede prolongarse hasta comienzos de la noche y exigir otra jornada esta semana.

Según la denuncia de la fiscalía, la red de corrupción comandada por Dirceu y los dirigentes del PT distribuyó al menos 10 millones de reales (unos cinco millones de dólares al cambio actual) entre políticos del Partido Progresista (PP), del Partido Liberal (PL) y del Partido Laborista Brasileño (PTB).

Estas formaciones, de centroderecha, aceptaron apoyar al gobierno del socialista PT en el Congreso.