El Gobierno de Sierra Leona impondrá un toque de queda y ‘cerrará’ el país entre los próximos 18 y 21 de septiembre en un intento de frenar la expansión del virus del Ébola, que en este país ha matado ya a cerca de 700 personas.

Según informó a última hora de ayer el portavoz presidencial, Ibrahim Ben Kargbo, el país ‘parará por completo’ durante cuatro días, en los que los ciudadanos tendrán prohibido abandonar sus hogares.

El Gobierno asegura que durante esos días los trabajadores del servicio de salud visitarán las viviendas para tomar la temperatura a los ciudadanos e informarles sobre la enfermedad.

‘Es una medida agresiva pero necesaria’, justificó el portavoz presidencial.

Algunas ONG, como Médicos Sin Fronteras, criticaron esta acción en un comunicado: ‘Los encierros y las cuarentenas no ayudan a controlar el ébola, lo único que hacen es minar la confianza entre los ciudadanos y los responsables de la salud pública’.

El brote de ébola, primero que se detecta en África Occidental, surgió el pasado mes de marzo en Guinea Conakry y se extendió posteriormente a Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal.

Desde entonces, ha contagiado a 3,944 personas, 2,097 de las cuales han fallecido, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud.

El ébola, que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados, causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90%.