Tras un año con las relaciones diplomáticas restauradas la comunicación entre Cuba y Estados Unidos se ha acelerado al más alto nivel, con la primera visita en casi un siglo de un presidente estadounidense a la isla y la aceleración del turismo.

Con la apertura de embajadas el pasado 20 de julio, Estados Unidos y Cuba consolidaron un proceso de reanudación de relaciones que comenzó a finales de 2014 y que permitió abrir canales de comunicación diplomática inéditos en medio siglo.

Eso llevó a que el presidente estadounidense, Barack Obama, visitara en marzo Cuba, el primer viaje de un mandatario estadounidense a la isla en 88 años, para marcar el comienzo de un proceso de intercambio que ha experimentado avances en turismo, comercio, pero no en democracia o en levantamiento del embargo.

En mayo atracó en la isla el primer crucero repleto de turistas procedente de Florida, mientras que este mismo mes las autoridades estadounidense dieron luz verde para que aerolíneas estadounidenses operen conexiones aérea con una decena de ciudades.

‘Esta medida no es solo para facilitar la libertad de viaje a los estadounidenses, sino pera abrir Cuba a ideas, valores y mejorar los derechos humanos’, aseguró en el anuncio de esa aprobación de conexiones aéreas a comienzos de mes el senador Dick Durbin.

No obstante, el Congreso, dominado por los republicanos, se ha resistido a levantar el embargo económico a Cuba, el mayor obstáculo para la normalización de relaciones económicas con la isla.

Por el momento, los estadounidenses tienen que justificar un interés cultural, educativo o humanitario para viajar a Cuba, algo que con el levantamiento del embargo desaparecería totalmente, además de facilitar las relaciones económicas.

Las inversiones estadounidenses no se han hecho esperar en el sector turístico y este mes la empresa hotelera Starwood Hotels abrió el primer hotel operado por capital estadounidense en 60 años.

El Four Points de la Habana es el pionero en abrir unas inversiones que han atraído un gran interés en Estados Unidos.

Mientras tanto, disidentes políticos críticos con el régimen castrista siguen denunciando falta de libertad política, arrestos, violaciones de los derechos humanos y decenas de prisioneros políticos.