Un policía de Nueva York fue arrestado y acusado de asesinato hoy por la muerte a tiros, el pasado 4 de julio, del afroamericano Delrawn Small tras un incidente de tráfico.

El agente, Wayne Isaacs, con tres años en la uniformada, fue acusado por un gran jurado de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario en primer grado en el Tribunal Supremo del distrito de Brooklyn, según informó la fiscalía general de Nueva York.

Es el primer caso que procesa la fiscalía general luego de que el gobernador del estado, Andrew Cuomo, emitiera en 2015 una orden ejecutiva que autoriza a esa agencia investigar los casos de civiles desarmados muertos a manos de la Policía.

‘Al terminar esta investigación, concluimos que la evidencia justificaba que se presentara ante un gran jurado, que decidió acusar al oficial Isaacs’, indicó el fiscal Eric Schneiderman, que anunció los cargos durante una conferencia de prensa.

El pasado 4 de julio Small, de 37 años, conducía su coche junto a sus dos hijas, su novia y el niño que tenía con esta, y se vio envuelto en una disputa con otro conductor, según el informe preliminar de la policía.

Ese texto señalaba que, al llegar a un semáforo, Small se bajó de su coche y golpeó a través de la ventana al conductor del vehículo, el agente de policía, quien entonces le disparó.

Sin embargo, un video muestra a Small cayendo al suelo abatido mientras caminaba hacia el coche de Isaacs, que se dirigía a su hogar tras haber concluido su turno de trabajo.

A la muerte de Small la siguieron aquella misma semana las de otros dos afroamericanos a manos de agentes -Alton B. Sterling en Baton Rouge, Luisiana, y Philando Castile, en Falcon Heights, en Minesota-, que reiniciaron las protestas contra el racismo y la discriminación policial.

Tras la muerte de Small, Schneiderman designó a su jefe de la Unidad de Investigaciones Especiales, Alvin Bragg, para realizar la investigación, como le autoriza la orden ejecutiva.

A Isaacs ya se le había retirado el arma el pasado julio y hoy quedó arrestado bajo fianza de medio millón de dólares.

En caso de reunirla y salir de prisión, el agente tendrá sus viajes restringidos, deberá entregar su pasaporte y será controlado con un brazalete electrónico.