Las autoridades checas iniciaron hoy los preparativos para restaurar y devolver a su estado original el reloj astronómico en el antiguo Ayuntamiento de la Plaza Vieja de Praga, uno de los monumentos más visitados en esta ciudad.

El famoso reloj medieval, construido en 1410 y todo un símbolo de Praga y la República Checa, sufrió a lo largo de su historia numerosas ampliaciones y restauraciones, pero también graves daños.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, tanques nazis dispararon contra el emblemático edificio, cuya parte este y norte se incendió, lo que exigió una nueva restauración del reloj, que terminó en 1948.

En una reciente visita a la torre del reloj, el relojero oficial de Praga, Petr Skala, explicó ante la prensa que ‘hay muchas cosas que hay que cambiar, como por ejemplo el sistema de tracción’.

Tras desmontar más de la mitad del mecanismo, se instalarán tambores de madera movidos por un sistema de poleas con contrapeso de piedra, más propio de un mecanismo gótico, en vez de las actuales ruedas dentadas de metal accionadas por un motor eléctrico.

El objetivo final siempre es ‘devolver el reloj a su forma original’, aseguró el restaurador checo.

‘En la fachada (del reloj) también habrá cambios, ya que en el siglo XX se hicieron reparaciones inapropiadas’, explicó Skala, uno de los mayores conocedores de la historia del reloj.

Se refirió, por ejemplo, al cambio en el significado de las estatuas barrocas, que en el reloj original contenían alegorías de vicios y virtudes de los humanos.

En lugar de esas alegorías de las virtudes hay una estatua de el arcángel san Miguel, de un filósofo, de un astrónomo y de un cronista, y en vez de los vicios hay una figura de un turco y de un esqueleto, entre otras figuras de policromía.

Además, se desmontará y restaurará para recuperar su aspecto original, según se sabe por fotos del siglo XIX, el disco inferior que hay en la fachada del reloj y que constituye un astrolabio.

Este instrumento, usado antiguamente en la navegación, servía para orientarse pues permitía determinar la altura de un astro y deducir, según ésta, la hora y la latitud.

Según explicó Skala, la función de los relojes góticos no era tanto medir el tiempo sino medir el movimiento del cielo.

‘El reloj tenía un sentido profundo, era un cuadro del cielo, de la esfera divina, y el hombre medieval veía que es capaz de entender y de imitar ese movimiento divino del sol y de la luna por el cielo entre las estrellas’, destacó el relojero.

Las autoridades checas quieren terminar la restauración del reloj antes de los festejos del centenario de la fundación de la entonces Checoslovaquia (hoy República Checa), en octubre de 2018.