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El día después de Ian en La Habana: "No hay ni luz ni agua, queda seguir"

Las calles están llenas de árboles caídos, más de 1,000 según las autoridades.

Una mujer posa mientras recoge agua de mar para limpiar su casa, en el malecón de La Habana (Cuba).
Foto: EFE

LA HABANA - Una familia entera recoge agua del mar con cubetas para limpiar su precaria vivienda frente al malecón de La Habana, fuertemente impactada por el paso del huracán Ian en la tarde del martes.

"Desde las dos empezó el mar a echar para dentro. Todo esto estaba tapado (señala a la avenida). Llevamos varias horas limpiando pero hasta que no pongan electricidad no se puede hacer nada más", dice a Efe Ignacio Duro Torres, de 53 años.

La Habana amaneció este miércoles con los estragos de lan, que la golpeó con vientos de hasta más de 100 kilómetros por hora después de devastar el oeste de la isla al cruzarla, con categoría tres (sobre cinco) en la escala Saffir-Simpson, de sur a norte.

Las calles están llenas de árboles caídos, más de 1,000 según las autoridades. Desde los primeros minutos de la mañana se desplegaron camiones con militares para recoger las ramas de las principales arterias de la ciudad.

Sin embargo, el mayor problema en capital cubana -como en el resto del país- más allá de los daños materiales, es la falta de electricidad y, en muchos casos, de agua en los hogares.

Desde la tarde de ayer, el país entero está sin electricidad por una falla técnica en el sistema relacionada con el huracán.

La estatal Unión Eléctrica (UNE) informó esta mañana que casi la totalidad del país permanece en la misma situación que el martes.

A media mañana, más de doce horas después del apagón total, se habían conseguido poner en marcha algunos "microsistemas aislados" con grupos electrógenos de generación distribuida, lo que ha permitido pequeñas islas con corriente eléctrica.

"No sé qué hacer. En este edificio vivimos 25 familias y todos estamos igual. No hay luz ni agua, solo queda seguir adelante", lamenta Anahy, de 28 años.

Tanto ella como Torres ven con preocupación cómo sus alimentos congelados -un recurso al que muchos optan como una suerte de depósito para paliar la escasez- comienzan a echarse a perder.

"Ya de eso (comida congelada) no queda nada", dice Torres.

Hasta el momento, han sido confirmadas dos muertes por el huracán Ian, ambas en el territorio occidental de Pinar del Río. Los daños materiales siguen siendo contabilizados más de 24 horas después del impacto.

El presidente del país, Miguel Díaz-Canel, recorrió este miércoles diversas localidades afectadas por Ian para evaluar de primera mano los efectos del huracán.

Un trabajador de limpieza en La Habana Vieja grita con tono de sarcasmo mientras recoge asfalto con una pala: "Somos continuidad", un lema del Gobierno de la isla.

Del otro lado de la ciudad, en una pequeña playa con varios chiringuitos, unos trabajadores suben a toda prisa sillas de uno de los locales a una segunda planta. En los altavoces del restaurante se escucha de fondo la canción "Imagine" de John Lennon.

"El agua pegó fuerte pero a nosotros nos fue bien, solamente se averiaron las tuberías", cuenta José Luis, custodio de uno de los locales, que asegura se mantuvo ahí toda la noche.

En medio de toda esta situación, Antonio Rafael, de 64 años, empuja un carrito con contenedores de basura en el centro de La Habana con optimismo: "Siempre se puede estar peor. No solo del pan vive el hombre", dice.

Siguiendo ese consejo, un grupo de niños nada en una estructura circular inundada de una plaza frente al Malecón, convertida en una piscina de agua salada.