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Diez años del Nuevo Reglamento del PPD, Un documento pertinente

"Los reglamentos son importantes en cualquier organización, pero para una política es vital".

Hace ya una década el entonces presidente del Partido Popular Democrático (PPD) y Portavoz de la minoría parlamentaria Héctor Ferrer Ríos (QEPD) me pidió que tomara las riendas de la Comisión Especial de Reglamento del Partido Popular Democrático (PPD). Héctor había asumido la presidencia de la colectividad en momentos muy difíciles luego de la derrota del Partido Popular en las elecciones del 2008 y el proceso para levantar nuevamente la colectividad tenía que surgir de abajo hacia arriba.

Héctor y yo nos conocíamos de hace varios años y si bien era cierto que teníamos muchas diferencias, más producto del carácter de ambos, nos respetábamos tanto en el ámbito personal como en el profesional. Ambos en ese entonces éramos figuras jóvenes y fuertes dentro del liderato político y habíamos recibido un apoyo contundente tanto en la primaría como en la elección general. La petición de Héctor me tomó varios días analizarla, no por falta de compromiso con el partido, por el contrario, quería estar seguro de que podía cumplir a cabalidad esta encomienda sin afectar mi nueva función como legislador de minoría en la Cámara de Representantes.

Para mí no era una cosa liviana tener en mis manos la responsabilidad de redactar una nueva versión del reglamento de la colectividad que amaba y aún amo y que ha representado los momentos más importantes de la historia política, social y económica de mi País. Era nuestra generación la llamada a actualizar al PPD a los retos del nuevo siglo y los líderes de entonces no podíamos fallarle a nuestra responsabilidad histórica. Entre más lo pensaba más me enamoraba la encomienda y finalmente la acepté, no sin antes pedirle a Héctor total autonomía durante el proceso para tener la libertad de llevar la discusión de su reglamento de vuelta a la base del PPD.

Los que recuerdan ese mi primer cuatrienio como representante, saben que fui una de las voces más fuertes en la fiscalización del gobierno del gobernador Fortuño desde la legislatura. Trabajo que realicé en equipo con el resto de mis compañeros de delegación, logrando una gran unión de propósitos con ellos que me llevo 4 años después a lograr la presidencia de la Cámara de Representantes. Pudimos cumplir bien y fielmente ambas encomiendas, la del pueblo y la del presidente del Partido.

Héctor reconocía mi gran arraigo con los alcaldes electos bajo la insignia de la Pava y con el liderato base de la colectividad. Durante el cuatrienio previo a mi elección a la Cámara, tuve el gran privilegio de trabajar mano a mano con todos los alcaldes de Puerto Rico (PR), rojos y azules como Asesor de Asuntos Municipales del gobernador Aníbal Acevedo Vilá. Esa experiencia me permitió recorrer toda la Isla en varias ocasiones y poder palpar las necesidades de cada municipio de manera directa y no por informes fríos y acomodaticios. Una cosa lleva a la otra y al igual que se cumplía con la misión oficial con los alcaldes y el gobernador, se podía lograr conocer a mucha gente que se fueron identificando conmigo en cada rincón del País.

Esa fuerza es la que llevaba conmigo cuando entré por primera vez como representante electo a la legislatura del País, misma fuerza que me permitió confeccionar un nuevo reglamento con sentido pragmático del PPD que queríamos a futuro. Para mí no era sencilla la encomienda los que me conocen saben que soy un poco compulsivo con mis responsabilidades. Para mí y también se que para el presidente del PPD esto no era un simple repaso de sintaxis y consonantes y uno que otro error ortográfico, para eso no iba a nombrar a un representante a la cámara. Para nosotros era marcar el antes y el después del PPD.

Así que metimos mano, conformé un pequeño grupo de trabajo, algunos funcionarios del PPD y otros no. Quería incluir gente alejada de las estructuras como mis ayudantes en el proceso de recopilar y luego ayudarme a redactar, eso me permitía más independencia de pensamientos. En este esfuerzo destaco la labor de dos jóvenes abogadas, Jocelyn y Omayra. Maximizamos la base del partido en todo Puerto Rico junto a los líderes de comités municipales, que esos a su vez se encargaban de moverme a las tertulias a los populares de sus comunidades. El término tertulia no es romántico, en realidad así los llamamos, no era un monólogo mío hacia ellos, por el contrario, era para establecer una conversación tranquila y profunda como en los tiempos de Muñoz en el Batey.

Los reglamentos son importantes en cualquier organización, pero para una política es vital. No solo recoge las reglas de conducta, tiene que ser mucho más, debe ser la hoja de ruta que traza su norte y lo define como institución. Nuestra organización interna tenía que reflejar los mismos principios de libertad y democracia que se expresaban en las tribunas, debates públicos y nuestra insignia. Para mí era fundamental que cada popular lo entendiera y sacara lo mejor de ellos para ayudarme en esa tarea. Cada reunión la empezaba con una simple pregunta, ¿Por qué eres Popular? ¿Y ese nos llevaba ¿Por qué somos Populares? Suficiente pregunta para lograr las reuniones más interesantes y reveladoras que había tenido en toda mi vida política.

El PPD es un partido filosófico y para sus miembros la razón para pertenecer a él son más de principios sociales que por ataduras ideológicas. Uno de los retos que me había trazado era que junto al nuevo reglamento pudiéramos resumir la filosofía del PPD y plasmarla al inicio del reglamento. Las preguntas iniciales de cada tertulia a cada ciudadano que se identificaba como popular, junto a un análisis profundo de la historia del proceso de fundación del Partido Popular me permitió poder resumir en una página esa filosofía que inicia el Reglamento.

Esta dinámica permitió una apertura muy importante para lograr un diálogo profundo y sincero de nuestra base, que para ellos era su oportunidad de sacarse varias cosas del pecho. La frase que utilizaban para establecer su desconexión con lo que ocurría a nivel del comité central era “allá en Puerta de Tierra”, lugar que ubica la sede del PPD en San Juan. Nuestro Partido logró los grandes triunfos de los años 40 y 50 por los mecanismos de participación ciudadana que utilizó en la inscripción de la colectividad en el 1938. Cada comité municipal en la Isla conformo un ejército de hombres y mujeres que distribuidos a su vez por cada sector y barrio fueron llevando el mensaje de la nueva opción del PPD y la visión de Muñoz Marín a la vez que inscribían a la colectividad.

El profesor José Luis Colón nos comparte en su escrito dentro del libro “María Libertad Gómez, Mujer de Convicción y Líder de Cambio” libro encomendado durante mi presidencia de la Cámara de Representantes que destaca la vida y obra de la primera mujer presidenta electa de dicho cuerpo y del cual también José Luis fue el editor, las siguientes memorias:

“El día del aniversario de la Toma de la Bastilla, en 1938, se reunió el Comité Ejecutivo de los Liberales Netos Auténticos y Completos. Ese día, se acordó inscribir por petición el nuevo partido. Para ello, se le encomendó a una comisión compuesta por Samuel R. Quiñones, Victor Gutierrez Franqui y Franco Susoni, para preparar los documentos correspondientes según la Ley Electoral vigente. Fue así que nació el Partido Popular Democrático el 22 de julio de 1938, cuando se inscribió simultáneamente en los municipios de Luquillo y Barranquitas. Sobre el proceso de inscripción, nos dice Luis Muñoz Marín en sus Memorias”:

“El resto de la inscripción prosiguió lentamente. Fue una tarea perseverante y difícil. A Jesus T. Piñero le correspondió ir de pueblo en pueblo para asegurarse que los electores que debían suscribir las peticiones de inscripción y los jueces que debían tomarles el juramento estuvieron presentes en el sitio y la hora indicados…Desde que se fundó el Partido Popular hasta las elecciones mediaban unos ochocientos días. No podíamos perder ni uno solo. Vinimos a completar la inscripción en toda la Isla poco tiempo antes de 1940”. Munoz Marin óp.cit., p. 188.

Mas adelante en el libro el profesor Colón González relata el trabajo de Doña María Libertad Gómez en la faena de la inscripción del PPD:

“Fueron muchos los que, motivados y guiados por la educadora utuadeña, caminaron a pie largas distancias, ya que en algunos barrios no habían carreteras y la transportación vehicular era prácticamente inexistente. Además, “los muchachos de María”, como se les conocía a sus colaboradores, no solo se dedicaron a la inscripción del partido, sino que realizaron un censo de preferencias políticas en todos los barrios” Cortes, óp. Cit., p.15. cierro las citas.

La fuerza del PPD no eran sus líderes y mucho menos el estatus, nuestra fuerza siempre fue la voluntad de la gente y su confianza plena en el discurso y luego agenda de justicia social para los puertorriqueños. Nuestro nombre Popular y Democrático no es por semántica, es la definición de la esencia misma de nuestra razón de ser que más bien son la gente y sus aspiraciones para el desarrollo del nuevo Puerto Rico.

Para la fecha de iniciar mi encomienda de redactar un nuevo reglamento, en el 2009 ya habían pasado 71 años de la fundación de nuestro partido lo cual nos ponía el gran reto de hacer un balance entre los nuevos retos de la organización política y a la vez reafirmar los valores, principios y motivaciones que nos llevó a existir como colectividad.

Las tertulias nos marcaron varios puntos iniciales para empezar a confeccionar cambios en articulados vigentes y a su vez cumplir con la encomienda generacional de añadirle nuevas áreas que nos garantizaran la representatividad no solo de la base, más importante aún la de un Puerto Rico siete décadas después de nuestra fundación como organización política. Es importante que cada popular lea, entienda y profundice en su ser cada articulado del reglamento de la institución que dice pertenecer. Porqué en el esta no solo las reglas de disciplina de quien milite en la colectividad sino también están enmarcados nuestros principios fundadores.

El militante debe seguir y respetar el reglamento del PPD, pero de igual o mayor forma son responsables los que quienes dirigen la colectividad de garantizar que lo que aquí se establece se lleve a cabo y maximice para la estabilidad y crecimiento del partido que juraron defender y proteger.

No voy a comentar todo el reglamento, pero si les aseguro que sufrió una trasformación completa buscando cumplir mi compromiso con la base y con el presidente del partido de garantizar que el poder ultimo siempre estuviese en la base que nos hizo partido.

Un reclamo constante en nuestras reuniones y tertulias era el centralismo excesivo en la toma de decisiones de la colectividad, un reclamo validado con muchos ejemplos traídos por los populares de base. Jamás hubiese imaginado que el mismo reclamo institucional del PPD a favor de la autonomía municipal y la descentralización de los servicios del estado lo estuviésemos viviendo en nuestra propia casa.

Llamados por ese reclamo establecimos todo un nuevo modelo organizacional de la institución creando regiones administrativas distribuidas originalmente en 12 regiones. Esto luego fue enmendado a 8 regiones en la asamblea de reglamento para no aumentar demasiado los miembros de la Junta de Gobierno del Partido. No estuve de acuerdo con el cambio, para nosotros en el equipo de redacción entendíamos que si algo debía aumentar era la base en la Junta. Con el tiempo no resultó como queríamos ya que la mayoría de estos espacios se ocuparon por alcaldes y legisladores. Claramente ese no era el propósito de la creación de estos nuevos espacios en la Junta. En la distribución de asientos ambos grupos ya tiene representación en el organismo, por un lado, por una silla al presidente de la Asociación de Alcaldes y los legisladores por sus portavoces y en el caso de estar en mayoría parlamentaria por los presidentes de los cuerpos. Indistintamente los que ocupen estas 8 sillas tiene la responsabilidad de dirigir las regiones del PPD y cumplir con las responsabilidades en el reglamento.

El Partido Popular tenía un déficit de representatividad en sus organismos directivos. Durante esos 70 años desde la fundación del PPD hasta el momento que nos tocó la responsabilidad histórica de redactar un nuevo reglamento se habían dado muchas luchas sociales en la Isla. Esos sectores si bien es cierto que a nivel de gobierno nos habíamos identificado con ellos y estableciendo nuevas políticas públicas para lograr justicia y equidad, no tenían espacio en las estructuras de la colectividad. Una de las mayores aportaciones en este reglamento fue incluir el Articulo 69 en donde se establece los procesos para crear diferentes organizaciones sectoriales. Estas estructuras están compuestas por un Coordinador (a), un Sub-Coordinador (a) y 5 delegados.

Esta estructura tiene voz y voto tanto en la Asamblea de Programa como en la Asamblea General. Las primeras que se recomendaron establecer fueron la de los sectores ambientalistas, sindicales, extranjeros residentes en la isla, deportistas, empresarios locales, agricultura, personas con impedimentos, organizaciones de base de fe y la comunidad LGBTQ. No obstante, la redacción de esta articulo permite la creación de cuantas organizaciones sectoriales el Partido entiendan se deban crear para lograr la mayor apertura posible de los sectores de la sociedad en las estructuras del PPD.

Durante todo el proceso de vistas públicas, análisis, investigación y redacción del borrador de reglamento me mantenía en conversaciones con el presidente del partido, quien había cumplido su palabra de darme independencia en todo el proceso. Pero eso no significaba no cumplir con la responsabilidad de mantenerlo el tanto de los trabajos y las posibles cambio e innovaciones en el reglamento. Entre varios asuntos que discutidos fue la propuesta de crear una vicepresidencia adicional del Partido y que esta fuera reservada para una mujer. Era importante conocer su opinión en particular por ser las personas que junto al presidente iban a dirigir el partido a futuro.

El resultado de esa conversación fue la inclusión del Articulo 74 donde se crea por primera vez en los 70 años de la institución una vicepresidencia exclusiva para la mujer. No era que el Partido no hubiese tenido mujeres vicepresidentas en el pasado la tuvo y también presidentas. Se destacan la hija del prócer, Victoria Muñoz Mendoza y la gobernadora Sila M. Calderón. En el caso de vicepresidentas hay que destacar a María Libertad Gómez, primera vicepresidenta del Partido Popular y la mujer que alcanzó las más altas posiciones en los años de fundación e inicio del PPD. Llegando ocupar también la vicepresidencia de la Asamblea Constituyente, siendo la única mujer en esta, como también ocupo por vez primera para una mujer en la historia del País la presidencia de la Cámara de Representantes el 11 de enero de 1945.

El concepto detrás de este nuevo articulado era dejar establecido de manera institucional que la mujer forma parte esencial de la sociedad puertorriqueña y sus aportaciones en el pasado para fundar este partido son igual o aún más importante para mantener su vigencia. Esta vicepresidencia para la mujer no es un espacio limitante, las dos vicepresidencias pueden ser ocupadas por mujeres, pero no las dos por hombres. De igual con la presidencia, de igual forma puede haber tres mujeres ocupando las principales posiciones, pero nunca tres hombres. Realmente es un reconocimiento a la capacidad y entrega de la mujer puertorriqueña.

Habiendo atendido los reclamos de la base sobre lo importante de la participación ciudadana en las estructuras de la colectividad y su importancia hacia los nuevos retos. También había surgido con insistencia el problema cíclico del Partido de prácticamente desaparecer de las discusiones públicas y propulsor de ideas cuando perdíamos las elecciones. Si bien es cierto que los partidos políticos quieren gobernar, también tiene una responsabilidad en la discusión diarias sobre el bienestar del país, más allá la retórica y la fiscalización al que gobierna. Mas aun si esa fiscalización carece de sustancia, se convierte en ruido para el País no en opciones.

Por esa razón surgió el nuevo Articulo 81 en el reglamento que crea las Secretarías Temáticas. Esta estructura persigue que la colectividad tenga a su haber recursos para poder ser un centro de estudios constantes sobre las problemáticas del País y generar ideas y propuestas siempre. Nuestro Partido se fundó y creó con un concepto claro de planificación social y gubernamental, estando en el poder o fuera de él y esta estructura permite mantener ese principio.

El reglamento estableció como primeras secretarias auxiliares a crearse las de Educación, Salud, Bienestar Social, Seguridad Pública, Desarrollo Económico y Descentralización Gubernamental. Der igual forma que en otros articulados se permite que la dirección del Partido puede crear nuevas secretarías auxiliares para temas que entienden es importante la discusión pública.

Siendo el Partido Popular la colectividad política existente más antigua del País tiene siempre el reto de mantener una sintonía de las nuevas generaciones. Las estructuras clásicas de jóvenes de los partidos sufren constantemente en ocasiones de ser menospreciadas y subutilizadas por el liderato adulto, situación que crea desasosiego y la apatía de jóvenes de formar parte de estas. El presidente Ferrer y yo somos fruto de una generación de jóvenes que junto a tantos otros que han figurado en posiciones importantes en la vida política del País. Pero nosotros tuvimos una zapata institucional que nos brindó las herramientas para crecer en la Pava. Aquí destacó la presidencia de Héctor Luis Acevedo, en donde se les dio a los jóvenes las oportunidades para conocer los fundamentos de la creación del PPD y la historia y filosofía de la institución. Pero adicional tuvimos participación amplia en las formulaciones de ideas y ejecución de estas tanto a nivel del partido como en la campaña política.

Esa experiencia de vida nos llevó a darle más valor a las estructuras de la juventud dentro del reglamento, pero fuimos más allá e integramos el nuevo Artículo 82. En donde se crea la Secretaría Auxiliar de Jóvenes Adultos. Esta secretaría la deben conformar jóvenes adultos de 31 a 40 años y tiene amplia facultad reglamentaria para integrar de manera efectiva a esta vital parte generacional del País en la gesta política del PPD.

Junto a esta línea de actualización del reglamento a los nuevos tiempos separarnos un espacio en nuestras reuniones del reglamento para atender sugerencias sobre la importancia de la integración de las nuevas herramientas tecnológicas de comunicación masiva. Hace 10 años atrás las Redes Sociales no tenían el impacto que tiene hoy pero ya se veía en el horizonte nuevas tendencias. El plan original eran confeccionar un nuevo reglamento que pudiera mantenerse vigente por tiempo prolongado y que solo necesitará cambios mínimos con el tiempo. De esta discusión surgieron los Artículos 90, 91, 92, 93, 94, 95 y 96. Todos crearon mecanismos para preparar al PPD a una nueva era de Innovación y Nuevas Tecnología. En este esfuerzo es meritorio reconocer al joven Ricardo Alfaro.

Con todo lo anterior he podido resumir las enmiendas más significativas del “nuevo reglamento” del PPD, pero quiero mencionar algunas otras que están navegando en el mismo. Establecimos una descripción detallada de la insignia de la Pava en donde se establece que la misma no se puede alterar, ni usar de manera indiscriminada. Esto para proteger nuestro símbolo de la Pava y tratar de detener todas las versiones libres que cada candidato le hace a la misma. Los símbolos no se alteran y son propiedad de la institución. Nota interesante que eso lo visualizamos hace una década atrás, recientemente en nuestra historia en clara violación a este reglamento nuestra Pava fue alterada tanto en su forma como en los principios que la acompañan de Pan, Tierra y Libertad. El reglamento no lo permite.

Quiero terminar este escrito de mis vivencias en la redacción del reglamento del Partido Popular para destacar una discusión profunda que tuvimos Héctor Ferrer y yo sobre separar la figura del presidente del Partido Popular de la del candidato a la gobernación. Nuestro reglamento establece que aquel que es el candidato a la gobernación de la colectividad asume de manera inmediata la presidencia. Ambos entendíamos que esto no necesariamente le estaba funcionado bien a la colectividad. La dependencia cada vez mayor de la institución de la figura del candidato a la gobernación para operar eficazmente, había llevado perder espacios importantes en las discusiones de ideas y proyectos en los momentos de no estar en el gobierno. Y cuando estábamos gobernando el presidente tenía poco tiempo para atender al partido e incluso se confundía políticas públicas de su gobernación con las del Partido.

El efecto práctico que se estaba experimentando es tener un partido débil en minoría y uno dependiente del gobernador en mayoría. No quiero generalizar en ocasiones pudo ser diferente, pero el problema del diseño continuaba. La creación del Articulo 81, que explicamos previamente de la Secretaría Temáticas iba alrededor de este análisis. Adicional también discutimos que el Partido debería ser más fuerte que su candidato a la gobernación, ser una fuerza política y electoral lista para impulsar a nuestro candidato, pero está ocurriendo a la inversa, resultado injusto para el candidato a la gobernación.

Si bien Héctor y yo estábamos de acuerdo e incluso ya la enmienda estaba redactada se decidió finalmente no incluirlo en ese momento. La razón para esto era que primero teníamos que poner en función todos los cambios del reglamento lo que iba lograr una estructura institucional sólida e independiente que nos prepararía para poder separar la presidencia de la candidatura a la gobernación. Ya han pasado 10 años de aquella conversación, la pregunta que nos debemos hacer es si los cambios y nuevas estructuras que establece el reglamento se han puesto en funciones para retomar esta discusión y muchas otras.

Esa pregunta voy a dejar que cada lector se la conteste. Lo que sí puedo establecer es que este reglamento no ha envejecido, muchas de sus partes aún tienen las páginas con olor a libro nuevo.

Por mi parte, agradezco al presidente del partido entonces Héctor Ferrer Ríos (QEPD) por haber confiado en mí tan alta responsabilidad y a los cientos de populares de la base que me abrieron las puertas de sus casas y de su corazón. Este reglamento no pretende ser perfecto, como nada lo es en esta tierra. Pero si encierra la humanidad de lo que formaron al Partido Popular Democrático y refleja en sus páginas la esencia misma del jíbaro de entonces y de ahora que con orgullo vive en nuestra bandera.

El autor fue presidente de la Cámara de Representantes. Posee un bachillerato en Ciencias Políticas de la Universidad Interamericana y una maestría en Administración Pública del Cambridge College en Boston, Massachusetts. Fue asesor del fenecido alcalde de Carolina, José E. Aponte de la Torre y asesor en Asuntos Municipales del exgobernador Aníbal Acevedo Vilá.