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SAN JUAN WEATHER
Opiniones

¿En qué se han convertido los Estados Unidos?

Columna de Víctor García San Inocencio.

El licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Archivo/Juan R. Costa

¿Qué le ha pasado a ese dios terrenal que para algunos ilusos, principalmente los más colonizados era todopoderoso? ¿ Quién lo gobierna y para qué existe? ¿Quién controla a quienes aparecen gobernándolo? ¿Qué representan los territorios pertenecientes a EE UU? ¿Qué representa Puerto Rico para su gobierno electivo, o para quienes gobiernan a ese gobierno?

Quienes dicen creer en la "estadidad" para Puerto Rico ----incluyendo a líderes, seudo-líderes del PNP y cabilderos de la estadidad---- deberían ofrecer explicaciones continuas a los puertorriqueños a quienes le han vendido ese sueño. Deberían explicarle cómo ese pretexto engañoso para ilusionar a los electores, no es más que una quincalla para conseguir votos bajo una insignia que nada le ofrece, ni le ha dado al país. Una insignia que ha servido de parapeto a cuantiosos corruptos y contratados que han hecho añicos cualquier noción de gobierno a la que podía aspirar el país.

Mientras la quiebra que han co-regenteado abre paso al saqueo buitre perpetrado por la Junta de Supervisión Fiscal, con permiso congresional como todo lo que se hace en Puerto Rico; y mientras se perpetra el encubrimiento más grande de la historia del país, cacarean sobre la estadidad y envían a cabildear a seis quienes provocan otro motín en el Capitolio ---esta vez de risa--- escuchándolos balbucear. Distraen mucho más en Puerto Rico estos cabilderos ---hay una de ellas rebelada--- pues mientras tanto, el festín contratado y privatizador continúa. Ante la imposibilidad de hipotecar el presente, el gobernador estadoísta, algunos de sus amigos instalados en el gobierno y otros amigos del alma, hipotecan a las próximas generaciones de puertorriqueños. Cruda es la avaricia que se concentra en estos imitadores del supremo ideal estadounidense: el billete y el egoísmo.

La Junta de Supervisión Fiscal, cliente y cómplice, facilita al gobernador su perfecta coartada. Su cara de "yo no fui" se robustece, y el alma se le pasea por el cuerpo ante las obvias carencias del país, la explosión de fenómenos sociopatológicos y la implosión económica. Listo para irse en cuanto haga falta, la cortina de una Asamblea Legislativa donde no posee mayoría le provee una excusa para el consumo del país. Ni siquiera, lleva su agenda, se la llevan... con toda la amplitud que el verbo llevar admite.

Sabemos que en términos efectivos la policía opera con escasos 8 mil efectivos ---se les perdieron "AWOL" más de seiscientos, hay cientos más desarmados y otros tantos con condiciones de salud--- mientras la ola delictiva violenta se acrecenta más que una década. Asimismo, la hemorragia migratoria prosigue y la inoperancia en la Administración se muestra de cuerpo entero. El gobernador, es de suponer, que pasa muchas malas noches. Debe haber algo de preocupación, pues alguna privación de sueño ha de causar tan desenfrenada inconsciencia o indiferencia que sin duda al más insensible causaría resquemor o remordimiento.

Uno se pregunta, si algo de esto le importa a alguien en el gobierno pasajero o en el gobierno permanente de los EE UU. Se interroga uno, si estamos abandonados a nuestra suerte en esta isla caribeña, lavadora sin límites de dinero corporativo, de saqueadores, y de traficantes lícitos e ilícitos. Ante esto, se pregunta uno también en qué se han convertido los EE UU. ¿En qué se han convertido?