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Opiniones

La senda lumosa y juntosa los enceguece

Columna de opinión de Víctor García San Inocencio.

Víctor García San Inocencio.
Foto: Juan R. Costa

No le pidamos peras al olmo. Pierluisi no va a mover un dedo para expulsar a LUMA. La presión es grande, pero se limitará a nombrar tardíamente, más de un año después, un ayudante en Fortaleza con cargo de secretario auxiliar de la gobernación para asuntos energéticos.

Pierluisi, a quien muchos le han cambiado el apellido llamándolo Pierluma, durante toda su administración, menos hace unos días, ha respaldado a LUMA a pesar de que cargar a un muerto como esa compañía, puede convertirlo en un doble muerto político. El PNP se ha dado cuenta de que la gente no aguanta más a LUMA, que acompaña su crasa incompetencia con arrogancia y soberbia ante todos, y con profunda indiferencia ante las penurias del Pueblo. Por ello, oportunistamente, nunca oportuno, Pierluissi aguajea con ajustes y dice no estar satisfecho con LUMA, pero la gente sabe que el gobernador del tercio ---con treinta y tres por ciento de los votos--- lo hace de la boca para afuera, pues ha defendido a LUMA tantas veces, desestimando el clamor de la gente exhibiendo su cinismo ensayado para descartar los muy válidos reclamos que provienen de todos los sectores geográficos, políticos, comunitarios, sociales y comerciales.

Pero... las amarras son muy fuertes. Pierluisi, también abogado de la Junta de Supervisión Fiscal, participó del guiso que se cocinó desde Washington para la asignación y canalización de los fondos de la reconstrucción del sistema eléctrico, que cayeron casual y mágicamente en la palangana de LUMA. La Administración Rickywándica aseguró mediante la Autoridad de las Alianzas Público Privadas que se siguiera cocinando el contrato. LUMA, creada velozmente por sus matrices, se agenció el presupuesto operativo de un año previo al comienzo de sus operaciones, más una línea de crédito de $750 millones, por lo que no tuvo que invertir un centavo. El PNP y sus gobernadores le allanaron el camino a las aplanadoras que aplastaron y desplazaron a varios miles de sus empleados, trasladando a muchos con saña y humillándoles a tareas muy lejanas de lo que hacían en la AEE, a agencias y oficinas gubernamentales muy distantes. Esa masacre laboral fue el daño colateral con el que desmadraron cinco sextas partes de la AEE, pues esta última retuvo la generación.

Pero el capital y LUMA sin capital, que no vinieron a Puerto Rico a practicar el bien común, sino la ganancia a manos llenas, continuó su camino de gasto desenfrenado. El primer año se descuadraron nada más por más de sesenta millones de dólares. Contrataron sólo la mitad de las plazas de empleo. El pueblo siguió pagando los descuadres, los gastos extravagantes, los sueldos de ensueño de los ejecutivos, casi todos importados ---los mismos sueldos que se negaron que se negaron a revelar y litigaron para no hacerlo con el dinero del Pueblo--- siguieron gastando en abogados, consultores y séquitos. Todo ello a costa de las facturas mensuales que cada uno paga en Puerto Rico. Siete aumentos en las facturas atestiguan este estrago, para un servicio eléctrico sub-mediocre, con apagones a granel, reparaciones que tardan, siempre guindados a que el huracán María dejó la red débil.

El gobernador Pierluisi se está teniendo que comer ese cable eléctrico. Sus mil defensas y desestimaciones le han salido tan caras, que ni el control de la Rama Ejecutiva, ni el control parcial de decenas de millones de dólares para la reconstrucción, lo han protegido de que su propia gente lo esté descartando a la reelección. Aunque algunos aseguran que no correrá y que lo que dice lo dice de la boca para afuera, típico, su súbito giro de opinión en menos de veinticuatro horas, sobre su insatisfacción con LUMA es un reflejo de su agonía política por electrocución.

Estreñidos los fondos de reconstrucción no eléctricos, por la suma de incompetencias e incompetentes, el país no ve movimiento, ni nada que semeje progreso. Ve favoritismo a granel, partos de nuevas APP para seguir entregándolo todo sin supervisión local, ni injerencia del pueblo. Vimos esta semana con desmayo cómo se anuncia una APP nueva para los muelles y puertos de cruceros, sin que todavía se haya hecho pública la documentación. De hecho, esta APP surge como una oferta no solicitada de una compañía turco-rusa. Fecundado y ferminizado el asunto ---viene de Fermín y ramas anexas superiores--- contra la protesta de los sectores que serán afectados y tarifados en demasía ---como suele suceder con estas compañías--- sólo nos queda esperar por las subidas, las tranquillas, las amarras al comercio, y la pérdida de los puertos cuya privatización se viene ejecutando desde la pasada década.

Una isla que pierde el control de sus aeropuertos y puertos, es una isla estrangulable, doblemente aislada y con su futuro hipotecado por décadas y décadas. Otra soga más dándole la vuelta al cuello del país porque el famoso Plan de Ajuste de la Deuda ya nos está amarrando, mínimo, por los próximos treinta años. Todo ello manufacturado por la Junta, su abogado Pierluisi, y el triunvirato de ex-gobernadores que forma con Ricky y Wanda. Ya no encuentran qué más dilapidar, ni entregar, para seguir favoreciendo a los intermediarios amigos del alma. La ciencia de las influencias, del corretaje y de los ajustadores alcanza nuevas alturas ---o bajuras--- según quiera vérsele.

Mientras tanto, la población sigue reduciéndose. En el último ajuste del censo nos restaron más de 150,000 habitantes. Es fácil proyectar que en breve tiempo descenderemos a menos de tres millones de habitantes. Pues ante la falta de oportunidades, ante el descaro, la depredación y la corrupción regada por el país, mucha gente consigue irse huyendo de los efectos del vertedero gubernativo. Hasta pena da el fiscal federal quien ante la prevaleciente inercia "wandosa" ---que fue llevada al extremo por la exgobernadora PNP y hoy acusada--- quiere combatir un plaga con un matamoscas.

El cinismo y la insensibilidad guaynabita y miramarita ---aunque también doradita---o la súper gula, no permiten ver el daño actual y el proyectado para más de dos generaciones que estos que regalan y rematan al país siguen provocando. La muestra corrupta alcaldicia o la de sectores de la banca internacional es sólo la superficie.

Cuando la corrupción es intrínseca a la gestión pública-privatizada, cuando todo se justifica por la avaricia, cuando ya no tienen ni alma los corruptos porque se la entregaron al diablo, hace falta que el pueblo saque fuerzas, voluntad, indignación y prudencia para expulsar a los mercaderes del templo de la gestión pública. Hace falta provocar de veras transformaciones en el estanque de la podredumbre en que luego de siglo y cuarto de colonialismo han convertido a Puerto Rico.

Toda la actividad corrupta y la entrega corrupta del país encarece y precariza la calidad de vida de quienes deciden marcharse y de los que nos quedamos. Supongo que el gobernador y su séquito no entienden, porque no entienden o no quieren entenderlo. La senda lumosa y juntosa los enceguece.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).