Los parapetos tradicionales del PNP, la estadidad negada durante más de un siglo, hoy más que nunca, y el parapeto del PPD, el ELA, que no se sabe ni dónde está enterrado -ambos parapetos de la incompetencia, cuando no, de la corrupción, se han tornado en cartón inservible.

Ésta será una campaña de contrastes, no cabe duda.

Por un lado, la Alianza PIP-Victoria Ciudadana ofrece contenido y propuestas juiciosas y al día para enfrentar y superar el atraso brutal al que los dos partidos del estancamiento el PNP y el PPD han condenado al país tras más de medio siglo alternándose en el desgobierno.

Va siendo una campaña de contrastes, pues distinto a la cacofonía y bla-bla para no decir la nada programática del PNP-PPD, Juan Dalmau está proponiendo proyectos y planes concretos para hacer, no para decir, pues los grupos de expertos que lo asesoran han estado durante largo tiempo trabajando en construir soluciones, no en encubrir los problemas, ni sus causas.

Hay contrastes en las campañas, pues los parapetos tradicionales del PNP, la estadidad negada durante más de un siglo, hoy más que nunca, y el parapeto del PPD, el ELA, que no se sabe ni dónde está enterrado —ambos parapetos de la incompetencia, cuando no, de la corrupción, se han tornado en cartón inservible, frente a las propuestas de trabajar en serio para que todos los sectores, sin excluir a ninguno, procuren de Washington y el Congreso compromiso con opciones descolonizadoras, no coloniales y acordes con el derecho internacional.

Se acabaron las pachangas ridículas de costo millonario de “delegados” por la estadidad, consultas amañadas y las recaudaciones entre contratistas para llenar con cientos de miles de dólares las bolsas de campaña de los comités de Kamala y Trump y sus traficantes de influencias.

Habrá busconerías a granel, como la de esta semana del cartel “se vende” que publicó Jenniffer en sus redes proclamando su “amistad” desde siempre con la comunidad judía. En el caso de ella, no del rabino en la foto, sobresale la avaricia de poder, el signo de dólar, dios poderoso que corrompe, y de qué forma, a causa del cual muchos funcionarios electos y no electos extraviados del PNP y del PPD han ido a parar presos o con sentencias cortas, cooperando.

Sobre la foto de Jenniffer y el calce, pensaba que todos debíamos esa profesión de afecto a todos los pueblos del mundo con quienes anhelamos vivir en paz, solidaridad y comprensión. Pero Jenniffer, por incultura política o posicionamiento, toma partido en un momento en extremo difícil, cuando el Estado de Israel con complicidad demócrata estadounidense, asesina a decenas de miles de personas en Gaza. La presidenta del PNP quiere romper su propio récord de provocar vergüenza ajena, esta vez, con su foto “vendiéndose”. Si el acompañante en la foto se manifestase contra el genocidio en Gaza, ni aún así, despojaría el carácter e intención de anuncio recaudador de la fotografía.

Debería la Comisionada ir a Washington a representar a todos los que habitamos en Puerto Rico, incluidos los miles de musulmanes. Debería incluso, ponerse al día la inculta republicana de por dónde transitan en este asunto su fervorosamente amado Trump, y su candidato a vicepresidente Vance en este asunto. No vaya a ser que suceda con esto como cuando la ex-presidenta de la Cámara decidió alcahuetear a intereses de Taiwán, —Hainán en verdad— sumándole a su ruta personal del escándalo.

Será y es de contrastes la campaña, pues si Jesús Manuel no tiene siquiera el cadáver del ELA, para revivirlo, en el caso de Jenniffer, su partido permanece desangrado en la sala de cuidados intensivos a causa de las mil puñaladas que le asestó ésta, a su propia Administración la cual aspira ilusamente a extender a doce años agregando cuatro más a los ocho de desastre. Habría que ser bien cara de alga, ni siquiera de lechuga, para después de una carrera de más de veinte años como segunda en el partido, presidenta cameral, y hace ocho, Comisionada Residente (ausente) , pretender que no ha formado parte del alto mando PNP.

Habrá contrastes en la campaña, claro que los habrá. Desde el tercer o cuarto puesto en los resultados, el presidente del PPD, podrá observar la emigración de decenas de miles de ex electores más, a la Alianza PIP-MVC. Migración que no cesa también en el caso del PNP hacia Proyecto Dignidad y la Alianza.

El electorado tiene más que nunca la oportunidad de tener buenos gobernantes en cada cargo público en el país, sin estar condenado a escoger entre “el malo o el peor” para las legislaturas municipales, alcaldías, y escaños en Cámara y Senado. Hay contraste, pues estas son las elecciones del cambio, no de cambiar para el más de lo mismo. Son las elecciones de la limpieza, sí, de limpiar la casa de buscones, traficantes de influencia, entreguistas del patrimonio y de los derechos, y empobrecimiento del país a favor de unos pocos.

Igual protección ante la ley, justicia, limpieza, orden, respeto a la dignidad y a los derechos del Pueblo y de las personas, esas serán las verdaderas bases del progreso. Un Puerto Rico para todos y todes, inclusivo y humano como tiene que ser. Un Puerto Rico que contraste con el que tenemos ahora por hechura del bipartidismo PNP-PPD que no quiere que la campaña sea de contrastes.