Con expectación, reanuda el desfile de lujos y corrupción en caso Anaudi
Entre botellas de champagne rosa y carteras de Carolina Herrera, costosos platos de mariscos y carne para la suite en el Choliseo, almuerzos en Morton's y fiestas en el palacete de Aguadilla, el empresario Anaudi Hernández Perez armó una rutina de excesos y lujos con los que alegadamente compró su boleto de entrada a la red de poder del Partido Popular Democrático (PPD).
Era el 29 de abril del 2013, en la Oficina de la Primera Dama, Wilma Pastrana, su entonces asistente Sasha Pomales recibió un correo electrónico de parte de Anaudi. Adjunto, el empresario incluíauna costosa lista de comida y bebida por el valor total de $1647, lo cualse consumiría en una actividad el 4 de mayo siguiente.
Ese día se celebraría el cumpleaños deAnaudien un concierto de DonOmardesde lasuitedel Gobernador en el Coliseo José M.Agrelot. Un platter de sushipor $112, un sampler de mariscos por $152, un plato de churrasco con queso manchego por $118, dos botellas de champagne rosa por $113 cada uno, fresas con crema batida por $28; se fueron sumando los platos junto a botellas de vodka, de ron y de whiskey.
Sentada a la silla de testigo en el séptimo día de juicio contra cuatro acusados de participar en el esquema de fraude gubernamental encabezado por Anaudi, la exasistente de la Primera Dama respondió el viernes pasado, a preguntas del fiscal federal José Capó, que entre los asuntos que se tramitaba en la Oficina, incluía las actividades en el Choliseo.
'Me informaron de la Oficina del Gobernador que él era invitado a ese evento', declaró Pomalesrefiriéndose a Anaudi.
Todavía no queda claro quién pagó esta despampanente orden de alimentos y bebidas para solo una noche en el Choliseo. El socio de Hernández Pérez, Héctor Vargas Soto, quien estuvo presente en casi todos los chanchullos y que ya se declaró culpable de haber participado en el esquema de fraude gubernamental, declaró en la corte federal que fue Eder Ortiz, excomisionado electoral del PPD, exsenador y exsocio de Anaudi, quien pagó por la costosa comida. Sin embargo, la Oficina de la Primera Dama quedó salpicada al tramitar la orden.
A esa fiesta en la suite, según Vargas Soto, acudieron Luis Castro, director de la Administración de Servicios Generales, y Sally López Martínez, una de las actuales acusadas, entonces directora de la Administración de Desarrollo Laboral (ADL), entre otros. A López Martínez le gustaba el champagne rosa y las fresascortadas, y bebía de costosas botellas en los almuerzos con Anaudi,contó su socio sentado al banquillo de testigo.
En tres días de testimonios, ha salido a relucir el afán por el lujo que movía a Anaudi. Su palacete en Aguadilla,valorado en $4.2 millones, se convirtió en lasede de múltiples actividades de recaudación de fondos para figuras de alto perfil del PPD, como el gobernador Alejandro García Padilla, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, el presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Perelló y la senadora Maritere González.
En tanto, su rutina de almuerzos, cenas, actividades y compras dejaba entrever la fortuna que seguía amasando el empresario. La gerente de la tienda Carolina Herrera, Shalimar Vega, estimó que, en el 2013, el empresario gastó unos $30,000 en regalos en la tienda donde ella trabajaba en aquel momento como asesora de ventas.
A preguntas de Fiscalía, la testigo se refirióespecíficamente al 14 de septiembre del 2014, cuandoAnaudi entró a la tienda en busca de un regalo. Ese día gastó $1733.40 en una costosa cartera, una bandana de seda, una billetera y unas yuntas.
Esa compra está asociada con la acusada López Martínez. En el pliego acusatorio del caso, se detalla que Anaudi mantenía una lista de regalos, y en ella incluyó una cartera que supuestamente le regaló a 'Sally' comprada en esa misma fecha por esa misma cantidad.
Además, Hernández Pérez no escatimaba en invitar a las funcionarias a costosos almuerzos en Morton's, Ruth'sChris y Condado Vanderbilt, que podían costar hasta $213, o desayunos con la también acusada IvonneFalcón Nieves, exvicepresidenta de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), y la ya declarada culpable Sonia Barreto,exdirectora de compras de la misma agencia, que valían hasta $176.
Todo esto se pagaba con una tarjetaAmerican Express, la cual estaba a nombre de José Rodríguez, otro de los socios de Anaudi, y a la cual tenían acceso a través de tarjetas secundarias tanto Anaudi como su socio Vargas Soto. El testigo Keith Herr, custodio de récords de American Express, corroboró que las tarjetas fueron canceladas por falta de pago, con una deuda acumulada que alcanzaba los $313,000.
Hernández Pérez estaba vinculado a un puñado de empresas de las cuales era un tipo de 'dueño oculto', ya que su nombre nunca estuvo impreso en los documentos de incorporación. Centenas de miles de dólares en contratos fue lo que llevó a los bolsillos suyo y de sus socios.
Los otros dos acusados son el exayudantede la Cámara de Representantes, Glenn Rivera, que hasta ahora solo ha aparecido firmando documentos oficiales, y MarielisFalcón Nieves, cuyo nombre aún no ha sonado.
El juicio continúa hoy con el resto del testimonio de Sasha Pomales, quien podría identificar nombres de la lista de invitados a la fiesta en la suite del Choliseo. La sala 3 del Tribunal Federal de Hato Rey la preside el juez Pedro Delgado Hernández.
El desfile de prueba de esta semana podría incluir al propio Hernández Pérez.