Por razones coyunturales decidieron aspirar a escaños legislativos sin la cobija de una insignia. No tienen grandes caravanas ni actividades multitudinarias con grandes tarimas, pero están en campaña casa a casa y comunidad a comunidad con la intención de sumar el respaldo de esos desencantados con los políticos tradicionales que, de convencerlos, harían historia jurando el 2 de enero como legisladores independientes.

Hablamos de la candidata independiente a la Cámara de Representantes por el precinto 4 de San Juan, María de Lourdes Guzmán y a José Vargas Vidot, candidato independiente al Senado por acumulación. Ambos, figuras conocidas por su aportación pública durante muchos años, parecen coincidir en lo cuesta arriba y duro que ha sido el proceso de retar con sus candidaturas el sistema electoral tras tener que acudir al Tribunal para revertir cambios a la ley electoral que les imponían una cantidad exagerada de endosos que hacían imposible lograr la certificación para aparecer en la papeleta como candidatos independientes.

‘El proceso, del saque, es difícil desde el recogido de endosos. El sistema electoral favorece a los partidos políticos; desde el fondo electoral… se discrimina en recogido de endosos. Nunca ha habido un legislador independiente por eso mismo!’, puntualiza la abogada que aspira por segunda ocasión a un puesto político, luego de figurar en las pasadas elecciones como candidata a comisionada residente por el Movimiento Unión Soberanista.

No así para Vargas Vidot. Esta es su primera experiencia en el mundo electoral. Señaló que su trabajo frente a la organización sin fines de lucro Iniciativa Comunitaria, viendo de cerca el dolor de la gente, lo que lo empujó a lanzarse a la arena política con el objetivo de establecer políticas públicas de cambio social que respondan a las necesidades de la ciudadanía.

‘La misma frustración de ver cómo se nos muere la gente en los brazos, que tocan las puertas. Debo esperar a que este sistema cambie? Si aquí los partidos operan como empresas. Tenía la concepción de que la democracia era un espacio limpio, como está en los libros me refiero. Esa es la utopía con que inocentemente me presento como candidato’, reconoció.

Tanto Vargas Vidot como Guzmán saben que aunque reciben diariamente muestras de apoyo y solidaridad, no significa que las personas cambien la cultura de votar bajo una insignia política. No obstante, sostienen que están las condiciones propicias para revertir la mentalidad del bipartidismo.

‘Veo un proceso apagado, pocas caravanas y pocas expresiones de júbilo porque los partidos revelan lo difícil de enfrentar con la cara lavada a un pueblo que le reclama’, señaló Vargas Vidot.

Precisamente, ese ambiente de rechazo general a la forma en que opera la política partidista es lo que ha creado las condiciones para que tengan posibilidades de lograr sus objetivos.

‘Ya se han creado condiciones para rechazar el partidismo político, se ha virado la tortilla. Nosotros tenemos tarea cuesta arriba para que no vaya a temblarle la mano a la gente. Que no tengan miedo de perder el voto ese es mi mensaje al ir casa a casa, si usted está botando el voto votando por los que al llegar a la Legislatura no los representan y van a representar los intereses como rehenes de los inversionistas’, acotó Guzmán.

Para Vargas Vidot, la experiencia ha sido aleccionadora. Realiza mesas comunitarias con gente de pueblo que no necesariamente lo apoyan, para recabar prioridades que se convertirán en los pilares de su agenda legislativa.

‘Este es el mejor momento. Todos los días me confirman esa apatía. Hay una tumba coco que hace mucho ruido que no camina por las calles del país. Camina por las venas y las arterias del corazón por el dolor de un país en necesidad, sin trabajo sin esperanzas. Esa tumba coco es la que le dirá a la gente cómo votar, y van a hablar por mí en las urnas’, concluyó.