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Madison Anderson: La reina que luchó por conquistar más que una corona

Sus complicaciones de vida las convirtió en su fuerza y hoy aboga por la educación con perspectiva de género como arma para combatir la violencia doméstica que arropa a la Isla

Entrevista a Madison Anderson Berrios para El Push de la Mañana, edición estelar.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Hace rato que dejó atrás la batalla por defender su identidad puertorriqueña. Aunque la incredulidad y los cuestionamientos de muchos la hicieron sufrir cuando decidió concursar en Miss Universe Puerto Rico, residiendo en Estados Unidos, ella se enfocó en la meta de conquistar más que una corona, a un pueblo. Y lo logró.

Madison Sara Anderson Berrios, Miss Universe Puerto Rico 2019, nacida en Arizona y criada en Orlando, Florida, es fruto de un padre sueco-danés y de un madre nacida y criada en Trujillo Alto.

Ve en nuestra reciente ganadora olímpica, Jasmine Camacho-Quinn, muchos valores similares a los suyos, como lo es tener que defender una identidad que ella nunca se cuestionó por el hecho de ser hijas de la diáspora, según relató en una conversación reciente con El Push de la Mañana, edición estelar, el día antes de su debut como cantante.

Aunque salta a la vista que ha tenido una vida feliz, Madison enfrentó muchos años de bullying mientras crecía y estudiaba en Orlando, Florida. Sus compañeros se burlaban de su estatura, lo que provocaba que tratara constantemente de disimularla encorvándose. En quinto grado medía 5 pies 5 pulgadas. Alta. Y la gente, estereotipando a los puertorriqueños, se reía de sus pecas, de su color y hasta por ser pelirroja. Una vez caminando junto a su madre, una mujer “color caramelo hermosa”, como ella la describe, y una amiguita brasileña, las detuvieron para comentarle lo hermosa que era la hija. Pero no se referían a ella. Ahora se ríe de esa anécdota pero no le causó risa alguna en el momento.

Dice que su padre, siendo europeo radicado en Estados Unidos, adoptó la cultura puertorriqueña de una manera bien marcada. Ese cuento de amor con su madre inició en el estado de Utah, en la universidad, a donde llegó sin saber ni papa de inglés. En ese momento su madre había competido en Puerto Rico por Miss National Teenager, modelaba y quería aspirar a Miss Puerto Rico, pero se casó.

Tiene un hermano cuatro años mayor que ella, que vive y trabaja en París. Tiene en su esencia una gran influencia de su bisabuela y su abuela y para quien dude de su origen sólo tiene que hablar dos minutos con ella, hasta que salta un “ay, Dios mío”, se come una s o cambia una r por l y te manda un "peldón". Bingo. Es boricua.

En la escuela no era booksmart, asegura. Era más creativa. Sus clases favoritas eran Arte e Historia, y por supuesto, sus aguas estaban en el coro.

A los 19 años, sola, se fue a Nueva York, a buscar un sueño, que era modelar y lo logró. Tenía tres trabajos como mesera. Vivió primero en Brooklyn y después en Queens, y estudió en La Guardia Community College. Quería estudiar más pero se fue a St. Kitts-Nevis, la pequeña isla caribeña, y trabajó con el Primer Ministro en el área de Comunicaciones y Redes Sociales. Luego llegaron los concursos de belleza.

Compitió como Miss Florida y quedó primera finalista. Lejos de frustrarse, decidió intentar suerte en Puerto Rico, lo que no fue del agrado ni aceptación de muchos. Decían que Puerto Rico no era su first choice. Batalló para ser aceptada y el día del concurso, en el que representó a Toa Baja, los nervios le jugaron en contra, pero también muy a favor. Ante la pregunta del animador Jaime Mayol- hoy removido de su rol por comentar en privado que había que comenzar por eliminar las feas- se frizó. Y el público, que no lo tenía mucho amor porque dizque no era boricua, echó mano de eso para abuchearla.

Esos abucheos le dieron en ese momento una fuerza que no puede describir. Y ahí surgió el famoso “No, ‘ta bien; déjame respirar”. Esa respuesta, salida natural y del alma, transformó un abucheo en una ovación de pie. Envió un mensaje de lo que estaba hecha. Y ganó.

Llegó a Miss Universo y lució espectacular. Llegó lejos, lejísimo. También resultó primera finalista y ese año ganó Zozibini Tunzi, de África del Sur. Estaba triste. No había logrado la corona. Hasta que llegó a Puerto Rico y en el recibimiento que se le hizo se dio cuenta de que era en ese momento la reina del corazón boricua.

Perspectiva de género como arma contra la violencia machista

Madison vive entre Orlando, Miami y Puerto Rico. Pero es consciente de nuestras situaciones sociales y no duda en señalar la violencia de género como uno de los problemas que más le duele de su isla.

Cree que debemos enseñar, desde la escuela, a identificar las banderas rojas de la conducta violenta hacia la mujer. Cree que hemos pecado de mantenernos callados ante el problema, que debemos involucrarnos más en apoyar a las víctimas y cree que parte de la solución, es incorporar la perspectiva de género en el currículo escolar.

Modelo, reina, cantante

A sus 25 años, acaba de debutar como cantante con “Show me How", un tema producido por el cantante urbano puertorriqueño, Lenny Tavárez, en colaboración con MadMusik. Busca otra corona ahora: ser la reina del “Dance”.

Tiene un novio, del que pide no hablar para preservar esa parte íntima, y en todo momento mantiene comunicación con su madre que le da esas dosis de humildad y espiritualidad necesarios para disipar los miedos y las dudas naturales de su vida.

Hablar con Madison no fue nada difícil. No se cree reina. Tiene una risa fácil y contagiosa. Conversa con serenidad y se ríe de ella misma. Se percibe sensible y empática. Y cada vez que pone su mano en el corazón para hablar de algo, sabes que es una reina real.

Para ver la entrevista completa, pulse aquí:

Egresada de la Universidad de Puerto Rico. Periodista con 23 años de experiencia en los medios de comunicación. Mamá de Manu, portavoz de la adopción de niños grandes y creadora de #primerizayqué