Las hermanas del pintor, uno de los artistas plásticos puertorriqueños más cotizados, mantienen pugna con un galerista desde hace cinco años.

La sucesión del pintor puertorriqueño Arnaldo Roche Rabell, compuesta por sus cuatro hermanas, demandó al galerista Walter Otero López para reclamar el control de sus obras.

En la década del 80, Roche Rabell estudió arquitectura en la Universidad de Puerto Rico y luego arte en el Art Institute de Chicago. Luego de sus estudios, comenzó a despuntar con un estilo de uso agresivo de las líneas y el color que lo llevaron a colecciones alrededor del mundo, incluyendo embajadas de los Estados Unidos.

Pero antes de convertirse en un artista famoso, Roche Rabell intervino en el proceso político más renombrado, y probablemente uno de los más determinantes, de la historia de Puerto Rico, la investigación legislativa sobre los asesinatos de dos jóvenes independentistas en el Cerro Maravilla. En 2018, poco antes de que el pintor muriera, el ahora fallecido exinvestigador del Cerro Maravilla, Héctor Rivera Cruz, reveló que durante la pesquisa necesitaba hacer unos bocetos sobre los relatos del suceso. Nadie quería hacerlos hasta que le recomendaron a un estudiante, quien los hizo sin firmarlos. Fue Roche Rabell quien, tras la revelación de Rivera Cruz, comentó que lo hizo como cualquier otro trabajo que hizo en la universidad. “En aquel momento simplemente se trabajó de corazón y ya consciente de que soy un buen artesano”, expresó.

La muerte del artista fue uno de los eventos que provocó mofa entre los integrantes del chat de Telegram que le costó la gobernación a Ricardo Rosselló Nevarez. El estratega de comunicaciones Carlos Bermúdez, quien ahora integra el equipo de la gobernadora electa Jenniffer González Colón, se quejó de que tuvieran que velarlo en el Capitolio y de que El Nuevo Día pusiera la noticia de su muerte en portada.

“No hay un artista en Puerto Rico que tenga la fuerza de las imágenes de Roche. Tenía un mensaje que salía como una bofetada al espectador para que la gente mirara las realidades de otro ser humano”, dijo la curadora de arte Margarita Fernández al periódico Metro cuando el artista murió en 2018 a los 62 años.

Según la demanda presentada el 21 de noviembre, desde al menos diciembre de 2019 se le había indicado por parte de la sucesión que no podía usar el nombre e imagen del artista, ni mercadear sus obras, porque “usted no representa legalmente ni de forma alguna los intereses personales, profesionales o comerciales del artista ni su obra”.

El documento imputa que Otero López continua usando el nombre e imagen de Roche Rabell, así que sigue mercadeando sus obras a través de la galería Walter Otero Contemporary Art LLC.

“La acción de título se presenta a fin de que este Honorable Tribunal disponga que la Sucesión de Arnaldo Roche Rabell es la dueña única de los derechos de propiedad intelectual, patrimoniales y morales, del corpus de trabajo del artista puertorriqueño Arnaldo Roche Rabell y como tal, es el único ente autorizado para publicar, mercadear y/o disponer comercialmente de las obras del artista Roche Rabell. De forma tal que cualquier persona jurídica o natural que publique, mercadee y/o venda a través de cualquier medio obras del artista Roche Rabell sin la autorización de la Sucesión de Arnaldo Roche Rabell transgrede los derechos de esta”, indica el recurso sometido por el licenciado Demetrio Fernández Manzano.

La sucesión, compuesta por las hermanas Norma, Raquel, Miriam (Roche Rabell) y Helen (Roche Esparolini), pide que se le reconozca como heredera universal de los derechos de propiedad intelectual de la obra de su hermano, que se le acredite 50% de las ventas de las obras desde el 1 de enero de 2018 hasta ahora y el 5% de las reventas en el mismo periodo, que se le entregue un inventario de obras en posesión de Otero López, y que se le prohíba mercadear las obras y usar la imagen del artista sin autorización de la sucesión.

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