La deuda, la junta y la dignidad
Finalmente, el Congreso pareció entender que el nivel de endeudamiento de Puerto Rico era descontrolado e impagable. Ni allá ni acá creen los argumentos demagógicos de la oposición política que pretendía hacer creer que el dinero estaba disponible pero que no había voluntad para pagar. Ante ese escenario, la coyuntura era ideal para gestionar un nuevo modelo, autosustentable y sin dependencia, con poderes soberanos sobre nuestro destino económico. No era el momento de pedir dádivas ni rescates sino poderes e instrumentos.
Nuevamente, una mezcla de racismo imperial republicano, sabotaje interno de parte de la mezquina oposición política y de timidez en el reclamo institucional, nos trajo hasta donde estamos. Si la cosa madura como pinta, el Congreso no legislará acceso al capítulo 9 del Código de Quiebras Federal, ni se legislarán medidas de incentivo para la economía local, ni otorgarán poderes al ELA para desarrollar su propia economía. O sea, ni lo hacen ellos ni nos dejan hacerlo a nosotros. Maldita Cláusula Territorial!
No obstante, lo que parece que ocurrirá será el establecimiento de una Junta de Control Fiscal designada por el gobierno federal para controlar nuestras finanzas públicas. O sea, los americanos decidirán cuándo, cuánto, cómo y a quién se pagará usando los fondos que aportemos los puertorriqueños con nuestras contribuciones. O sea, nos van a imponer un oficial pagador federal. A esa entidad no tiene que importarle la calidad de vida del boricua, ni el sostenimiento de servicios públicos, ni las necesidades y prioridades de nuestra gente. En pocas palabras, en el más descarnado ejemplo de colonialismo prepotente, el Congreso busca también tomar control de nuestra chequera. Si prevalecen, estaremos de regreso en los años de la Ley Foraker. Un poquito más y nos imponen un gobernador militar!
Los asimilistas mas trogloditas han celebrado la dichosa Junta. Esos aplaudirían hasta la esclavitud si viniera de los Estados Unidos. Algunos, en el PPD y el PNP, han rechazado esta propuesta como ejemplo de oportunismo primarista, mientras otros lo han hecho haciendo un llamado a la sensatez. Yo rechazo dicha junta como un asunto de dignidad. Estados Unidos pide a los boricuas una conducta que ellos mismos no le consintieron al Rey George y al imperio británico en 1776. El que tenga los poderes que produzca los resultados y asuma las consecuencias pero no con la chequera de la víctima de colonialismo.
*El autor es portavoz del Partido Popular Democrático en la Cámara de Representantes.