Cuando de proyectos esperanzadores se trata, la Escuela Vocacional Hípica Agustín Mercado Reverón gana por la clásica milla.

Se trata de un rayo de luz para muchos jóvenes que quizás de otra forma no encontrarían su norte. Con cursos particulares y específicos, la institución cumple 54 años en 2014 de ser fundada, tiempo en el que ha preparado a la crema de la crema en cuanto al deporte hípico se refiere.

‘De aquí salen los mejores de Puerto Rico, y también del mundo entero’, dijo llena de orgullo su directora Ana Delia Velázquez. ‘Y no estoy hablando solamente de los jinetes’.

Es que en su inicio, la escuela fue concebida bajo la Ley Hípica de 1960 por el entonces Administrador Hípico, Agustín Mercado Reverón, nombre con el que eventualmente se bautizó a la institución, como un academia para preparar jinetes. Sin embargo, ahora mismo es mucho, mucho más.

‘Actualmente, ofrecemos preparación para varias profesiones. Además de la preparación de los jinetes, ofrecemos cursos para técnico de medicina ecuestre, para galopador, para mozo de cuadra, para entrenador y para herrador. Es decir, hay de todo para el que quiera desarrollarse en el mundo del hipismo, e incluso, profesiones como las de herrero y técnico de medicina ecuestre sirven para poder desenvolverse en otras disciplinas como el paso fino y el deporte de ecuestre’, destacóVelázquez.

Entre los grandes nombres que se han graduado de la escuela se encuentran los jinetes John Velázquez, JC Díaz y los hermanos Irad y José Ortiz, todos ‘jockeys’ de alto renombre a nivel mundial.

‘Formamos jinetes que triunfan alrededor del mundo. De hecho, somos la escuela hípica más importante de Latinoamérica y la única de carácter público en el territorio de Estados Unidos’, dijo Velázquez, resaltando cursos como los de inglés conversacional y teoría del hipismo entre los particulares para el desenvolvimiento de los profesionales hípicos.

‘Pero lo principal que buscamos es que nuestros estudiantes sigan haciendo del Hipódromo el Comandante una de las mejores plazas del mundo en este deporte. Queremos que se triunfe en Puerto Rico, y exhortamos al público a que le preste atención a este proyecto, que con pocos recursos logra tanto por el país’, manifestó, resaltando que muchos de los estudiantes son jóvenes ‘que han abandonado o consideran abandonar la escuela, y en algunos casos, que lo han abandonado todo y La Escuela los salva’.

En los actos de graduación del pasado mes de diciembre, la Escuela certificó a siete jinetes, siete galopadores, nueve técnicos de medicina ecuestre, nueve herreros, diez entrenadores y cuatro mozos de cuadra, quienes recibirán licencias para tales oficios de parte del Administrador Hípico, conforme a la Ley Núm. 87 de 1987, conocida como Ley de la Industria y el Deporte Hípico de Puerto Rico.

La graduación se le dedicó al jinete John Velázquez, exalumno de la Escuela, quien lleva un récord de 4,000 carreras ganadas y quien actualmente ocupa la primera posición entre todos los jinetes de Estados Unidos, cuyas montas han producido más dinero, ascendiendo aproximadamente a $298 millones.

‘La función de nuestra institución es dotar a la juventud de las herramientas necesarias para que desarrollen su pleno potencial en el hipismo. Hoy contamos con más de un centenar de jinetes graduados de nuestra escuela que están activos en el hipismo y se han dado a conocer internacionalmente’, explicó Wilfredo Padilla, actual Administrador Hípico.

Padilla explicó que Puerto Rico se colocó a la vanguardia de toda la hípica latinoamericana con la creación de la Escuela Vocacional Hípica en 1974. La Escuela está localizada en los predios del hipódromo Camarero en Canóvanas, y cuenta con la acreditación del Consejo de Educación Superior.

Tanto la Escuela, como la Administración de la Industria y el Deporte Hípico de Puerto Rico, caen bajo la sombrilla del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DECC).

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