Inicia juicio federal por asesinato de canadiense.

El próximo 22 de septiembre se cumplen trece años del asesinato del multimillonario empresario canadiense Adam Anhang a manos de Álex Pabón Colón, a quien la esposa de seis meses de la víctima ofreció $3 millones para cometer el crimen en el Viejo San Juan.

En esos 13 años, hubo una decada de huida por Europa, pero hoy, la mujer, Áurea Vázquez Rijos, inicia su cita con la justicia y con un jurado.

Vázquez Rijos estuvo fuera de Puerto Rico con estadías en Italia y España. Sus embarazos y las leyes de los distintos países fueron algunos de los elementos que evitaron la extradición. No fue hasta octubre de 2015 que quedó detenida sin fianza luego de que el juez Bruce McGiverin determinara que su condición como fugitiva federal, sus lazos familiares en el extranjero, y su historial de evasión ante la Corte fueron suficiente para determinar riesgo de huida.

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Cuando fue detenida en España en el 2013, alegó ser inocente y víctima de ‘mafiosos y corruptos’. Al siguiente año, la Justicia española accede a extraditarla a Estados Unidos con la condición de que la acusada no fuera expuesta a pena de muerte. Ahora Vázquez Rijos se expone a cadena perpetua por conspirar y encargar el asesinato de su esposo.

A seis meses del asesinato de Anhang, la acusada acudió al foro estatal para recibir su herencia como viuda. Tres años despues, la hoy apodada ‘viuda negra’ salió a Italia, donde consigue empleo como guía turística, se vuelve a casar y tiene gemelas. Cinco años más tarde sería capturada en el aeropuerto de Barajas, España. Mientras estuvo detenida concibió otra hija, quien estuvo presente en los brazos de su abuela Carmen Rijos cuando la mujer de 38 años se declaró no culpable de todos los cargos con relación al asesinato por encargo de su esposo.

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Su defensa, Lydia Lizarríbar Buxó tampoco refutó la moción del Ministerio solicitando que se le denegara libertad bajo fianza.

Según la fiscalía federal, Vázquez Rijos y su familia participaron en un esquema para falsificar documentos con el propósito de que los padres de la mujer fueran acreditados como miembros de la comunidad judía de forma tal que la acusada pudiera relocalizarse a Israel y convertirse en ciudadana israelí.

Para febrero de 2011 la mujer pidió a las autoridades judías en Florencia que ella y sus dos hijas fueran declaradas judías, con miras a mudarse a Israel. Paolo Galardi, un amigo suyo en Italia, y su madre Carmen Rijos, supuestamente participaron en la falsificación de los documentos, que incluyó representar que la madre de Áurea era hija de judíos que se habían establecido en Islas Canarias y que su padre había nacido en Córcega cuando, en realidad, los padres de la hoy acusada nacieron en Puerto Rico. En junio de 2012, tras recibir los documentos falsificados, la Comunidad Hebrea de Florencia emitió certificaciones de que las hijas de Vázquez Rijos eran judías.

Junto con Vázquez Rijos, enfrentarán al jurado su hermana, Marcia Vázquez Rijos, y su cuñado, Jose Ferrer Sosa.

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