Caza mayor en Isla de Mona
Medio millar de cazadores podrán vivir este año la exitante aventura de la única caza mayor en Puerto Rico: la de cerdos y cabros asilvestrados que habitan la isla de Mona, en una iniciativa que permite la protección de la flora y fauna de la reserva natural y que atrae anualmente a puertorriqueños y extranjeros.
La temporada de caza de estos animales, especies exóticas invasivas introducidas por colonizadores europeos desde principios del siglo XVI, comenzó el pasado 1 de diciembre y se extenderá hasta el 31 de marzo, en un período en el que los cazadores tienen cuatro días para capturar cerdos (sus scrofa) y cabros (capra hircus) de la isla, donde son recibidos por personal del Departamento de Recursos Naturales y Ambienales (DRNA).
En la isla de Mona, específicamente en las playas Sardineras y Pájaros, los cazadores acampan para iniciar una cacería entre las 6:00 de la mañana y las 6:00 de la tarde, jornada en la que recorrerán, caminando, senderos, caminos, cuevas y extensas áreas de vegetación, donde viven estos animales cimarrones que producen daño a la flora y fauna del lugar si no son controlados a través de la caza mayor.
La bióloga Wendy Boneta, coordinadora del Comité Isla de Mona, cuenta que los cerdos y cabros son los remanentes dejados por los colonizadores y por quienes trabajaron en la minería del guano. "Se cazan entre 400 a 600 cabros por temporada", señala la profesional, quien añade que el DRNA lleva a cabo un estudio para determinar cómo se mueven estos animales y si hacen grupos familiares.
"Son especies exóticas dañinas para la flora y fauna del lugar. Los cabros se comen las plantas y los árboles, mientras que los cerdos se alimentan de huevos de las tortugas o se comen las raíces de los árboles. Por eso, tenemos que controlarlos", afirma Boneta, quien informa que de los 6,500 cazadores que existen en el país, sólo medio millar son los afortunados que pueden viajar hasta la isla de Mona para cazar.
De estos, hay puertorriqueños, pero también estadounidenses, dominicanos, mexicanos y españoles, como de otros países de Europa. Pese al atractivo de la única caza mayor que se da en Puerto Rico, no se puede explotar turísticamente debido a que la isla de Mona es una reserva natural que exige cuidado.
Al respecto, el secretario del DRNA, Daniel Galán Kercadó, afirma que "la cacería es una técnica de manejo para mantener el control de tamaños poblacionales de las especies. De esta forma se impide la alteración de todo el ecosistema y se evitan problemas ecológicos mayores tales como la erosión del suelo por remoción de la vegetación del suelo por herbivoría, sobredepredación y la extinción de especies de flora y fauna".
Por eso, el DRNA celebra talleres de orientación, como el que se llevó a cabo hoy en el Museo de los Próceres de Cabo Rojo. Hasta el lugar llegaron hoy poco más de 50 cazadores, quienes año a año visitan la isla, cazan sus presas, las recogen, las limpian y se las comen en la reserva o las trasladan a Puerto Rico.
La cacería mayor en la isla de Mona permite el uso del arco y la flecha como arma de caza sólo en diciembre, mientras que en el resto de la temporada está autorizado tanto el uso del arco y la flecha como el de la escopeta. Los cazadores deben estar licenciado por el DRNA, haber tomado un curso que ofrece la agencia y esperar por un sorteo, porque la demanda es altísima.
Una vez en Sardinera (con capacidad para 75 personas) o en Pájaros (para 35 cazadores), los afortunados tienen cuatro días para dar rienda suelta a su pasión y, habitualmente, son pocos los que no cuentan con la satisfacción de coger una presa.
Para eso, requieren de escopetas con cañones de más de 20 pulgadas de largo, de 410, 10, 12, 16 y 28 de calibre, y que tengan no más de tres cartuchos para disparar. Mientras, los que quieren cazar con flechas (con punta de navaja), los arcos deben tener 40 libras de presión.
Una vez armados, lo que resta para los cazadores es encontrar al cerdo o el cabro, lo que puede presentar peligro: "Si estos animales se ven acorralados, se defienden. Los cabros tienen cuernos y los cerdos colmillos y son agresivos", advierte Boneta sobre esta cacería mayor, la única en la isla, y que cumple con una consigna: matar para dar vida.INS