El primer ministro Silvio Berlusconi llamó en la noche del lunes indignado a un programa televisivo que ventilaba su supuesto escándalo por prostitución, intercambió insultos con el presentador y equiparó el programa a un "burdel".

Afirmó que el programa era "desagradable" y que era conducido de un modo "despreciable, vil y repugnante". Instó a un aliado político en el estudio a dejar este "increíble burdel por televisión".

El conductor del programa, el conocido periodista Gad Lerner, de inclinación izquierdista, invitó a Berlusconi a moderar sus comentarios y en determinado momento lo calificó de "patán" cuando Berlusconi fustigó a las invitadas al programa.

"¿Por qué no acude ante los magistrados en vez de insultar a la gente?", preguntó el conductor al primer ministro.

Berlusconi se ha negado a cumplir con una citación de los fiscales de Milán, que lo investigan bajo sospecha de que haya pagado a una menor de edad para mantener relaciones sexuales y que haya usado la prerrogativa de su cargo para encubrir el hecho. Insiste -tal como lo ha hecho ante problemas legales anteriormente- que es víctima de magistrados politizados que quieren desplazarlo del poder.

"La realidad representada aquí es lo opuesto a la verdad y me siento insultado", dijo Berlusconi, de 74 años, durante el programa. "Sé lo que estoy diciendo y tú no", le dijo al conductor.

El programa se transmitía por La7, una emisora privada que es uno de los pocos canales nacionales sobre el cual no ejerce control Berlusconi, un magnate de los medios de comunicación. El político es propietario de Mediaset, la mayor emisora privada y en su condición de primer ministro controla indirectamente la emisora estatal RAI.

Berlusconi es blanco de crecientes críticas por parte de la Iglesia católica y algunos han reclamado su renuncia en vista de un escándalo que, según opinan, perjudica la imagen nacional.