Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Vida

Pablo Marcano aborda la leyenda de la Virgen del Cerro

Dicen que quien más sabía sobre a leyenda de la vírgen del cerro de Gurabo era Leoncio. Y fue precisamente en las historias de ese hombre que el artista Pablo Marcano García se inspiró para crear una instalación que hoy se puede disfrutar en la sala de arte sacro de la Universidad del Turabo.

Leoncio, 'Leoncito', era un billetero, quien para completar su jornada de trabajo pregonaba por todo el pueblo, con una caja pesada sobre su cabeza, 'Fuerza, fuerza. Mondongo, mondongo…'. El era quien decía que el primero que la vio -a la virgen- fue a Fruto Ayala durante una noche lluviosa.

'Leoncito' aseguraba que la lluvia tenía que ver con el deseo de la virgen de volver al mar, del cual una vez había llegado. También contaba que las apariciones de la virgen en Luna llena estaban relacionadas al esparcimiento espiritual que se les permitía a los negros esclavos para tocar tambores, rendir culto a sus ancestros y deidades.

En esas noches iluminadas, los cánticos llegaban hasta el cerro de Gurabo...

Pero entonces, Leoncio Abadía, tan fatigado y oprimido como vivió, murió aplastado por el camión debajo del cual dormía o debajo del cual pretendía olvidar o aliviar su eterno cansancio.

Y la historia de la virgen que se le apareció a Ayala (quedó marcado de por vida) y que Marcano conoció a través de 'Leoncito' y un compañero de clases del séptimo grado (Rafael Núñez) está plasmada en esta instalación, que al artista hace recordar los días en que tenía que pasar 'frente a aquellas monumentales e intrincadas escaleras' del cerro de Gurabo.

Para Marcano, 'el cerro sería siempre eterno por ese relato al que Rafaelito hacía referencia y que al principio me paraba los pelos de punta o conmocionaba sobremanera mi espíritu. Sus abuelos comentaban que, en noche de luna plena, esta virgen de mantos azules y turquesas, de rostro oscuro y lozano, protectora por tantos años de los habitantes del Cerro, solía aparecerse'.

Pero la historia de la virgen es también la de una sirena. Porque la leyenda cuenta que un cataclismo ocurrido hace cientos de años propició el levantamiento de lo que hoy es Lajas, Guánica, Cabo Rojo y que una gigantesca ola marina se desplazara a través de toda la región sur, rebasando la Cordillera Central a la altura de Cayey y atrechando hacia el valle del Turabo, para llegar hasta la falda del cerro de Gurabo.

'En ese movimiento y reacomodo se dice que quedó atrapada -cerca de lo que hoy se conoce como la escalera Zenón Vázquez- una sirena a quien un grupo de niños protegieron, alimentándola y escondiéndola entre sus familiares. Los niños no tan sólo la sobreprotegieron, sino que le transmitieron el amor más puro y desinteresado, colmándola de alegrías y creando con ello las condiciones para su inusitada vitalidad', recuerda el artista.

De ahí vino una 'transfiguración' y con el pasar del tiempo 'fue tanta la genuflexión hacia lo extraño o extranjero, hacia lo cómodo o dependiente, fue tanto el maltrato a nuestro ambiente y hacia nuestros niños -hacia esos mismos niños que tanto ella quiso- que prefirió ocultarse y retornar al mar'.

Y el mito establece que por cada acción envilecedora, por cada atropello a los niños o a sus madres, por cada indolencia de las autoridades o mayores, la sirena dijo que los colores del cerro se irían desvaneciendo hasta adquirir un tono cada vez más grisáceo y tísico, un carácter paulatinamente sepulcral. 'Algo que en efecto pasó y así se comprobó lo revelado a don Fruto Ayala en la segunda aparición que le dispensó la virgen durante una noche de luna plena y de lluvias torrenciales', señala Marcano.

Hoy el colorido del cerro es innegable, obra de Marcano y su gente. Y se sabe que hay comentarios recientes de personas que dicen haber visto nuevamente a la virgen, lo mismo de día que de noche, llueva o no llueva.

Para acercarse a ella, Marcano García creó la instalación 'Virgen del cerro de Gurabo', con la que el público también pude ser parte de la leyenda.INS

Inter News Service.
Foto: