Estoy feliz con mi trabajo? Son muchos los que a diario se hacen esta pregunta. Y es normal, pues la mayoría pasamos 40 horas o más a la semana en nuestro lugar de trabajo. Esto hace que con el tiempo nos cuestionemos si nuestra actividad laboral es una tortura o una oportunidad para realizarnos. Irónicamente, las oficinas de los especialistas se llenan de gente que no disfruta su trabajo.

Muchos consideran el trabajo, más que una fuente de realización personal, la prestación de un servicio a cambio de un salario. Sin embargo, tener que prestar servicios en un área en la que no nos hemos preparado, la inestabilidad laboral, la mala relación con los compañeros y la sobrecarga de funciones, son algunas de las causas para llegar a no disfrutarlo.

Aunque hay quienes tienen la suerte de encontrar un espacio laboral donde desarrollar su talento y satisfacer sus necesidades, lo cierto es que, después de un tiempo, las estadísticas indican que el desencanto surge de distintas formas: poca satisfacción (77%), mala relación con el jefe (64%), poca seguridad en el trabajo (61%), salario por debajo del mercado (53%) y falta de formación académica (52%).

Según un estudio de la consultora Watson Wyatt realizado entre 600 compañías europeas, un 45% de las personas no está contenta con su trabajo. Por tanto, no es de extrañar que psicólogos, psiquiatras, coaches y expertos en autoayuda coincidan en reseñar la cantidad de trabajadores ‘quemados’, desilusionados, estresados e infelices que acuden a terapias de grupo o buscan ‘entrenadores laborales’ para aprender a asumir un trabajo que les produce infelicidad y afecta sus vidas privadas.

Muchos especialistas, como la psicóloga de Formación y Desarrollo Mónica Lapeña, subrayan que ‘el período de un trabajador satisfecho en una compañía es de cinco años, después la persona continúa creciendo hasta alcanzar su nivel de infelicidad’.

Por otro lado, la psicóloga Pilar Varela hace una lectura más positiva: ‘Dos factores de salud mental tienen que ver con el amor y el trabajo: disfrutar queriendo y disfrutar trabajando definen a una persona adaptada y feliz. Un puesto de trabajo idílico permanentemente no existe, pero hacer lo que uno sabe y recibir un dinero a cambio es una suerte. Echamos la culpa de los males al trabajo, y cuando hay más depresiones, ansiedad y conflictos es en situaciones de inactividad’.

La especialista añade que ‘en nuestra vida profesional existen diferentes enemigos: las malas relaciones con los compañeros, la subestimación por parte de los superiores, la mala remuneración, el aburrimiento y la sobrecarga laboral’.

Para superar estos obstáculos debemos, como principio general, negociar los inconvenientes que presentan y sopesar las posibilidades de cada uno. Otros aspectos a tener en cuenta son: no pelearse con la realidad y poner sensatez con las peticiones. Siempre debemos plantearnos objetivos cercanos, casi diarios: tomar la iniciativa, delegar tareas que nos superan, aprender nuevas formas de realizar el trabajo, mantenernos al margen de compañeros con actitudes negativas y de victimismo.

‘Si nuestro trabajo es digno, que no todos lo son, para disfrutar de él sólo hace falta poner la cabeza y el corazón’, añade la psicologa. ‘El efecto psicológico del trabajo bien hecho es automático y a menudo inconsciente. Múltiples experimentos demuestran que las personas no deseamos hacer mal nuestro trabajo, aunque no nos paguen. Todo tipo de trabajo, el remunerado y el del ama de casa, el estudiante o el voluntario, puede convertirse en una de las principales razones de vivir’.

Sólo agotadas todas las opciones, si nuestra situación nos asfixia y es irreversible, no queda otra salida que el cambio. No obstante, lo que lo hace mejor o peor es la manera en que nosotros lo aceptamos, las armas con las que combatimos las malas rachas, y la decisiones que tomamos.

A continuación, te ofrecemos algunas técnicas que pueden ayudarte a mejorar la experiencia y a disfrutar de tu trabajo:

– Trabaja a un paso agradable: Cuando haces algo que te gusta, generalmente te tomas el tiempo para disfrutarlo al máximo. Intenta desarrollar la misma actitud en el trabajo y házlo a un ritmo que funcione para ti.

-Toma una pequeña pausa antes que empieces una nueva tarea: Intenta acabar la primera actividad que empezaste antes de comenzar la otra. Tu mente necesita tiempo para prepararse entre redactar un email o preparar una reunión.

– Sé consciente de las acciones que estás realizando: Intenta enfocarte lo máximo en la tarea que estás haciendo. No vale le pena perderse en pensamientos porque no te ayuda en nada y te bloquea a la hora de disfrutar de tu trabajo.

– Haz lo más importante primero: Aunque no hayas podido acabar con cada una de las tareas que quieres acabar, te quedarás contento sabiendo que has utilizado el tiempo y la energía en trabajar en el proyecto más importante.

– Establece rutinas: Tener rutinas establecidas es alfa y omega a la hora de trabajar eficientemente. Si estás más despierto y funcionas mejor en la mañana, procura hacer todas las cosas que requiere que tu mente esté despierta por la mañana y deja las actividades más sedentarias para la tarde (llamadas, emails, etc).

– Olvida el trabajo: Disfruta de tu tiempo de relajación. Necesitas distancia entre tu trabajo y tu vida privada. Una buena hora para desconectar es el viaje a casa después trabajar. Intenta encontrar alguna técnica de relajación que puedas poner en práctica y no hables de trabajo mientras cenas con tu familia.