Julio César: de la calle a la inspiración
Hace 26 años, Julio César Luna Santiago recibió una llamada que de inmediato interpretó como una sentencia de muerte. Era VIH Positivo. La noticia desencadenó otra secuela de eventos, incluyendo dos décadas de adicción a drogas y alcohol, suficientes para terminar su vida de forma trágica y prematura.
No obstante, hoy no solo vive para contarlo. También vive su mejor momento.
En enero del 2011, retomó su carrera académica para estudiar Medicina Forense en Ponce Paramedical College, donde mantiene notas ejemplares, y el próximo mes de mayo espera graduarse con honores como embalsamador.
Luna Santiago, quien ahora tiene 49 años de edad, estudiaba Investigación Criminal en la Universidad Interamericana de Ponce cuando recibió el diagnóstico de VIH positivo.
Según relató, contrajo la enfermedad de un compañero que al momento no sabía que tenía la condición.
'Él me llamo por teléfono y me dijo que tenía Sida. Yo no encontraba qué decir. Rápido pensé que me iba a morir, que me quedaban pocos días de vida. Me dio mucha depresión y temía que mi familia me despreciara', recordó.
Tras confirmar su condición, comenzó a beber en exceso todos los días y su depresión y pesimismo lo precipitaron al consumo de drogas.
'Empecé a usar cocaína estando en la universidad con mis buenas notas. Yo era un estudiante de 3.50 de promedio', dijo.
'Me arrastré al punto que no me bañaba, no comía y llegué a pesar 80 libras. Usé mucha cocaína, mucho crack y eso empezó a dañar mi forma de ser con las demás personas. Perdí buenas amistades y comencé a alejarme de mi familia', lamentó.
'No fue fácil, pero logré salir', sentenció a La Perla del Sur. 'Por eso, hoy estoy feliz, agradecido y en paz con Dios'.
No obstante, la curiosidad sobre su condición lo llevó al Albergue la Providencia poco después de que comenzara operaciones en Ponce en el año 1990. Se reunió con pacientes, ayudó como voluntario y se educó sobre la enfermedad.
A pesar de su diagnóstico y recaídas con el alcohol y drogas, Julio eventualmente completó su bachillerato en Investigación Criminal en 1996.
'Lloré como un nene chiquito', recordó entre risas.
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