Último gran fenómeno editorial nació en Puerto Rico
El primer escritor independiente que supera el millón de libros electrónicos vendidos en Amazon.com sin el apoyo de ninguna editorial, John Locke, nació en Puerto Rico, aunque del mismo modo que otros aspectos de su vida que generan suspicacias, sobre su relación con la Isla se sabe poco.
En un artículo publicado esta semana en El País Semanal, se menciona que Locke nació en la Isla, sin especificar municipio, y que es hijo de un militar canadiense y de una profesora de lectura que le leía cuentos cada noche, lo que le llevó a matricularse en filología inglesa y leer 'todos los clásicos'.
También se sabe que en Louisville (Kentucky) fundó su primera empresa, que en un año fue valorada en un millón de dólares. Recientemente, un problema de salud a los 58 años lo hizo apartarse de las ventas de seguros y se dedicó a su nueva y rentable pasión.
El País Semanal lo entrevistó mientras sorbía un bourbon de 20 años, Pappy Van Winkle's, su favorito y el de su personaje Donovan Creed (exagente de la CIA y matón a sueldo de una oscura agencia estadounidense), acodado en la barra de su mansión de tres millones de dólares.
La entrevista, en sí misma, parece un fragmento de una novela superventas: 'nuestro primer encuentro transcurrió en un restaurante situado en el piso 16 de uno de los edificios más modernos de Louisville. Poco antes, una limusina había acudido al aeropuerto a recoger al periodista. La luz del comedor era tenue. Su rostro y su vestimenta le conferían un aire a Tony Soprano (sus amigos, dijo, suelen llamarle así). Había encargado un vino de 2007, y su mujer, Annie, una despampanante profesora de aerobic de alto impacto, brillaba como un fósforo recién prendido. Ante los embates sobre su identidad, Locke soltó una carcajada. Refulgieron el diamante en su anular y las escamas de oro de un reloj Piaget', escribe Guillermo Abril.
Y es que sobre el éxito de Locke, quien alardea de escribir en 11 días su última novela, Maybe, que comenzó después de Acción de Gracias y estuvo lista antes de Navidad, abundan las suspicacias.
En 2011, el escritor consiguió meter en el top 10 cuatro libros, pero era prácticamente un desconocido. En Internet, hasta hace pocos días era difícil encontrar otra imagen del autor que no fuera la promocional, que refleja a un hombre de unos 60 años, calvo, con mirada dura y cazadora negra.
Abril cuenta que aparecían también las carátulas sensuales de sus libros, pero la mayoría de los resultados desviaban la pista hacia dos homónimos: el filósofo y el personaje de la serie Perdido.
Escarbando entre cientos de enlaces, el periodista encontró varias entrevistas, pero estas añadían confusión sobre su identidad, pues habían sido publicadas en blogs desconocidos y no en grandes medios, como cabría esperar. Una de ellas, firmada por el escritor Joe Konrath, fue realizada, según el autor, 'en los Alpes suizos, en un refugio secreto de autores superventas, donde calentamos nuestros jacuzzis quemando fajos de billetes de 100 dólares'.
La falta de rigor en torno a la figura del 'primer gran best seller de la era digital', como lo apodó la directora de comunicación de Ediciones B, lo hacía esfumarse al modo en que lo haría un personaje de sus novelas, señala el reportero de El País Semanal.
Nadie en la casa editorial con la que tenía previsto el lanzamiento de Gente letal, la primera de la saga de Donovan Creed, había tratado con el autor en persona, ni siquiera por teléfono. Marta Rossich, la editora que dio con Locke, dijo haberlo conocido a través de Twitter y conversado con él exclusivamente por e-mail.
Locke, quien ha cimentado su éxito en Internet sobre una estrategia agresiva: novelas por 0,99 dólares, le dijo a El País que nunca antes se había enfrentado a un periodista cara a cara.
'Achacó su ausencia en los medios a un 'conflicto de intereses': muchas de las editoriales comparten accionariado con los diarios y canales más influyentes. También dijo que no leyó a tiempo un e-mail del USA Today, el periódico de mayor tirada del país, pidiendo una entrevista con él (le cogió escribiendo de forma compulsiva)', publica El País, que reproduce una anécdota contada por Locke que explica en parte la falta de aparición mediática del autor:
'En abril de 2011, cuando su presencia entre los autores superventas era ya escandalosa, un periodista de The Wall Street Journal contactó con él. Lo entrevistó, pero, al poco, volvió a llamarle y se disculpó. Su editor jefe, dijo, no se tragaba la historia. Cómo iba a haber vendido 369.000 ejemplares solo en marzo, más de 12.000 al día, ocho libros cada minuto? Locke le pasó su nombre de usuario y su contraseña en Amazon, para que pudiera comprobar los datos. La historia salió publicada bajo el título El desafío de los e-books baratos: títulos a 99 céntimos de autores desconocidos añaden presión sobre las grandes editoriales'.
Locke ha vendido 1,720,000 copias digitales de sus 14 libros.