Madrid Fashion Week tuvo novedosas propuestas de jóvenes
Madrid - La última jornada de Madrid Fashion Week, la dedicada a los jóvenes creadores, ha dado hoy mucho juego, con colecciones que van de la austeridad más absoluta y las líneas más sobrias a aquellas en las que sus creadores se han dejado dominar por la fantasía y el afán innovador que llevan dentro.
Enfilando la recta final de la pasarela madrileña, la firma dirigida por Itxone Elzo abrió los desfiles de la tarde, con su colección 'Cabeza de jabalí', inspirada en la caza y la taxidermia, que fusiona con tejidos y colores vibrantes propios del Romanticismo.
La diseñadora vasca, que desfila por segunda vez en el Ego de Madrid Fashion Week, se sirve de materiales ricos como el paño, la lana, el terciopelo o la piel para crear una colección exclusivamente masculina repleta de cazadoras y pantalones que recrean escenas de caza.
Leandro Cano ha tratado en su colección de acentuar dos partes de la anatomía femenina, los hombros y las caderas, con vestidos, faldas y cazadoras en las que agranda hasta la exageración esas zonas con volúmenes construidos con cazuelas y alambres.
El jienense se inspira en su tierra, Andalucía, para construir estampados arabescos y volúmenes que recuerdan las formas retorcidas de los olivos y las voluminosas faldas de 'Las Meninas'.
Laura Negre y Esperanza Perelló, almas de la firma 'LE', se han sentido atraídas por los fenómenos de la naturaleza, como los géiseres, los volcanes, las nubes o las auroras boreales, de los que ha surgido su colección 'GEO'.
La geometría y el volumen, marca de la casa, definen cada prenda, así como la base negra sobre la que trabajan, con trajes de falda y pantalón con plisados multicolores, en alusión a la aurora boreal, confeccionados en lana, piel o seda envueltos, en ocasiones, con una doble capa de rejilla de nylon.
Ibai y Guillermo, almas de la marca River William, han basado toda su colección en la técnica del devorado, con la que se aplica sobre el tejido una pasta que lo quema para marcar un diseño.
A partir de ahí, han construido toda una gama cromática que parte del blanco nuclear para acercarse poco a poco al azul (hielo) y el rojo (fuego) en prendas de líneas sobrias confeccionadas con pelo largo, tejidos cálidos y cenefas geométricas.
Frente a las coloridas propuestas de la tarde, la mañana del Ego comenzó mucho más sobria, con un desfile de Moisés Nieto inspirado en los austeros hábitos de los monjes.
Mucho más mundana subió a la pasarela su colección Shen Lin, de origen taiwanés, en la que lo más destacado fueron sus amplios abrigos, mientras que David del Río alegró la pasarela con una rica colección dominada por las piedras semipreciosas.
El Colmillo de Morsa presentó una colección, 'Caminos de Nopal', inspirada en los paisajes surgidos durante un viaje y la que nacen estampados orgánicos de piedras y cactus, en tanto que la gallega Mercedes Castro buscó inspiración en temas literarios para su propuesta unisex.
Para Jessica Stenerös los rigores del invierno no importan. De ahí su apuesta por grandes cortes que dejan la piel al aire, pequeñísimos shorts y pantalones tipo mosquetero.
La jornada de hoy cierra la semana de la moda madrileña, durante la cual 44 creadores han presentado sus propuestas.