Draco Rosa derrochó vida en el escenario del Coliseo Jose Miguel Agrelot anoche en la primera de dos jornadas de entretenimiento que se extenderán hasta hoy en el mismo lugar.

Visiblemente entusiasmado el cantautor inició el espectáculo con ‘Brujería’ tema con el cual se lució en la guitarra con una serie de distorsiones que transportaron al público en un viaje de rock ‘n roll. Su banda no se quedó atrás, ya que por un momento se olvidaron de que era un evento multitudinario y comenzaron a ‘jammear’ con varios solos de instrumentos.

El artista, por su parte, exclamó: ‘Buenas noches… whohoooo. Me gusta escucharlos’. Siguió con ‘Lie Without a Lover’, ‘Divididos’, ‘Vitamin C’, ‘Remote Viewing’ y ‘Llanto’ para confesar que ‘no pude dormir anoche, es más llevo meses sin dormir, pensando en esta noche. Para los que nunca han venido a un concierto draconiano sepan que todo puede suceder’.

Fue en esos momentos donde Draco garantizó su placer musical al tocar con su banda fuera del ‘rundown’ canciones improvisadas e instrumentales. ‘Gracias por permitirnos hacer música… unas veces conocida, otras veces no, pero pa’ eso estamos. Have a good time’, manifestó al bailar de felicidad. Lo cierto fue que verlo con tanto entusiasmo en el proscenio motivaba a cualquiera a seguirlo.

Draco quiso hacerle un tributo a Gustavo Cerati con una versión, muy a su estilo y hasta un tanto lenta, de ‘De música ligera’. En las pantallas que adornaban el escenario se proyectó la letra de la canción para que la audiencia la siguiera, pero ciertamente la interpretación del boricua fue única.

Acto seguido entonó ‘Blanca mujer’ mientras unas imágenes suyas, de su pecho y espalda al desnudo, aparecieron en las pantallas como enviando un mensaje de sanación, de vida, de salud para proseguir con ‘Penélope’.

El primero de sus ‘amigos’ en subir al escenario fue Juan Luis Guerra para acompañarlo en ‘Esto es vida’. Los aplausos no cesaron y la interpretación de ambos se confundió en palabras de afecto, respetos y abrazos.

El segundo en romper el hielo fue Enrique Bunbury, quien es conocido en la escena del rock alternativo en el país, y con quien Draco jugó con los altibajos de su voz. Ambos entonaron ‘Obra’ y literalmente así les quedó el tema, como toda una pieza de arte dispuesta a la interpretación del que la escuchara. ‘He notado cierta cercanía a lo que me esperaba con Dios, que es lo que me sostiene hoy en día y me permite estar aquí entre mis amigos. Algunos me dicen ‘Draco oscuro hasta la muerte’, pero no, hoy voy a agradecer la vida’, exclamó.

Fue más allá al aceptar que ‘últimamente soy una copa de lágrimas por el proceso que he vivido los pasados años’.

En esa nota invitó al escenario a Juanes con quien interpretó ‘Roto por ti’. ‘Este es uno de los pocos hombres que me ha visto llorar’, dijo al intentar ajorarse a sí mismo con un ‘parece que en el Choliseo hay un curfew (hora de cierre)’. El colombiano y el boricua se confundieron en abrazos y muestras de afecto, para luego recibir el aplauso de la audiencia igual de sumida en la emoción.

‘Noche fría’ y ‘Amantes’ sirvieron de preludio para una de las actuaciones climáticas de la noche. Se trató del junte de Draco y Ricky Martin en ‘Más y más’. ‘No sé si se acuerdan que hace unos años yo vivía en Ponce y pertenecí a un grupo (Menudo)… que nos fue bien, pero hice un hermano de sangre. No sé cómo fue eso, pero pasó. Son las bendiciones de la vida encontrarse con un compañero de viaje. Un hermano. Nosotros nacimos para esto’, manifestó para luego recibir el aplauso eufórico del público una vez más.

No bastaron los artistas mencionados, para que se sumaran dos más, Rene Pérez (Residente Calle 13) en ‘Madre tierra’ y Danny Rivera en ‘Reza por mí’ para una intervención afectada por problemas técnicos pero catapultada por la potente voz de Rivera, quien cerró la noche con algunos de los aplausos más fuertes de la velada.

Draco no sólo celebro la vida sino que la irradió. Hubo altibajos dentro del espectáculo, pero Draco, el a veces oscuro y el a veces luminoso, trascendió con la ayuda de sus amigos.

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